Media votos
5,6
Votos
2.879
Críticas
63
Listas
6
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Eric Packer:
9
5,7
628
Drama
Ezequiel está solo en casa mientras sus padres están de viaje. Carga con el peso de desear a otros chicos y mantenerlo en secreto. Hasta que conoce al "Mono", un atractivo skater, que supone para él más que el deseo y la experimentación que buscaba. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2020
3 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tarde no está como para que a Eze (Juan Pablo Cestero) lo encontremos sentado a la orilla de la pileta en el patio de su casa. La lluvia ligera, persistente, ya le ha humedecido el cabello, cuello y la parte alta de la remera. El agua aún no le escurre por los brazos. Cabizbajo, observa quizá sus manos, quizá su imagen distorsionada en la superficie del agua donde ha introducido solamente sus piernas. La desilusión lo acompaña desde que le conocemos. Lleva días sin saber de Mono (Lautaro Rodríguez). Cuando lo ve, los ojos le brillan a Ezequiel y le brota la sonrisa en la boca. Todo cambia. En el último mensaje enviado a Mono, después de varios sin contestación, le puso un escueto saludo con la esperanza de obtener, por cordialidad al menos, un "qué tal" de vuelta. Pero ni siquiera resultó la doble paloma azul en la app. Eze desconoce qué está pasando: "¿De esto se trata el amor? ¿De entregarlo todo y que el otro te abandone luego a tu suerte, te haga sentir como si no valieras nada, te anula como si no existieras? Desde los 13, algo así, yo sé que soy así y no lo puedo cambiar, se me pone redura pensando en los hombres... Apenas el año pasado conocí a uno que es un poco mayor que Mono y con él aprendí todo lo que ahora sé que les gusta hacer a los que somos así cuando estamos solos (tocarnos, chupar pija, coger...) pero él tenía novia y lo nuestro no significó más que entretenimiento puro, como un nuevo nivel desbloqueado en el vídeo juego, no más que eso... Lo mío con Mono es distinto porque a él no le van las pibas... Lo nuestro iba en serio... No entiendo porqué la cosa ya está que sin decir nada se nos puso así"... Todo esto pareciera decirnos Eze con su silencio, su postura, sus ojos fijos en las formas que dejan las gotas de lluvia sobre el agua.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Eso de superarse a sí mismo es un reto que Marco Berger se impone con cada nuevo trabajo que se fija. En Un Rubio, parecía como si hubiese llegado al punto más alto de su estilo propio: ya todo pasado por tamiz, minimalista, sobrio, maduro en fondo y forma. El Cazador, sin embargo, llega para sorprendernos jalándonos del brazo y desconocer a dónde nos conducirá: de pronto arranca como una sencilla y enternecedora historia de enamoramientos juveniles pero Berger apenas con señales mínimas comienza a cambiarnos la jugada (incluso nuestra mirada es obligada a fijarse en un nuevo objetivo cuando nos cuenta la historia del chico que ahora será la nueva “víctima”) es como si los buenos se volvieran malos y los malos más malos como en el cine noir hollywoodense serie B de los 40s, 50s... pero aquí ocurre algo raro y a lo que muy pocos realizadores se han atrevido: claro que existe una malicia que bordea la inocencia y ternura de los personajes principales y aún cuando pareciera que ya los ha invadido, contaminado hasta las vísceras (por así decirlo) en realidad es que no. Digamos que la propia naturaleza bondadosa de los personajes jóvenes (su consciencia) los salva en el momento preciso y denota la esperanza depositada en las nuevas generaciones, los redime. Quienes digan que faltó desarrollo de la historia querían otra película, considero que está justa así tal cual porque se eligió contar solamente el caso de Ezequiel y no más (otra película sería -thriller policiaco de denuncia- de haber ahondado en esto del deep web, la extorsión, la pedofilia: todo un tema y muy complejo a desarrollar pero que se toca de una manera muy particular en la película). En El Cazador existe guión, estilo, ojo meticuloso de dirección y labor actoral. Le encuentro mucho del propio Berger de Ausente y un poco más del cuento de Caperucita Roja y El Lobo Feroz; tiene pinceladas de Haneke (Caché, sobre todo), Larry Clark (Kids, The smell of us) y del Gus Van Sant de Paranoid Park y Elephant al seguir la cámara las vidas de los adolescentes y sus tribulaciones; incluso un poco de las elaboradas historias de Boileau-Narcejac (Vertigo, Las diabólicas) donde la seducción y el engaño de los aparentemente más astutos son los medios que facilitan cometer el crimen y obtener algún beneficio del más incauto.