A estas alturas solo puede haber dos tipos de espectadores de cara a películas como Los siete magníficos: los que tenemos cierta edad y tenemos a este tipo de películas en nuestro legado cultural y personal y los que por su juventud o su falta de cultura cinematográfica no la conocen.

Los primeros tenemos una idea mitificada de este western de John Sturges de 1960, basado en otra película, también clásica, del japonés Akira Kurozawa: Los siete samuráis. No es demasiado aventurado afirmar que la peli de Sturges es una americanización en el género del western de la cinta de Kurozawa. La historia de base es similar: un humilde pueblo de campesinos sufre los saqueos de una banda criminal que les extorsiona y aterroriza impunemente; un día deciden contratar a unos mercenarios para que les protejan y comienza la lucha a muerte. Una lucha entre la moral y la inmoral, entre los delincuentes arrogantes, mezquinos y crueles contra los defensores de la paz social, el orden y la sociedad organizada y legislada.

Este último punto es una de las claves argumentales de la historia de Sturges: los "siete magníficos" son un grupo de pistoleros a los que presuponemos un pasado de violencia, marginalidad y vida errante, mercenarios con pocas convicciones que ahora cambiarán su modus vivendi por una causa noble: defender el pueblecito mexicano de gente honesta y humilde. El premio de su lucha será la redención, su derrota supondrá la muerte.

La música de Elmer Bernstein, mítica en la historia del Cine, sigue la épica de un argumento clásico en este género. En realidad, descubrimos desde el primer episodio de la historia, el de escoltar un furgón fúnebre con un indio muerto al camposanto, que los protagonistas (Yul Brinner y Steve McQueen en principio) son gente de bien, gente que acepta el reto de enfrentarse a los violentos racistas del pueblo por una causa noble, de hecho el dinero que se les ofrece queda inmediatamente en segundo plano, a pesar de que lo necesitan imperiosamente.

A partir de ahí empieza el proceso de reclutamiento de pistoleros ayudantes. Se trata de formar una banda que pueda hacer frente a la de forajidos que comanda el mezquino Calvera (Eli Wallach) con su treintena o más de rudos acólitos. Esta historia clásica de formar un gran equipo poco a poco la hemos visto innumerables veces en el cine: en Ocean's Eleven, en Armaggedon, en tantas otras. Se trata de ir uniendo personajes pintorescos, que dan relieve a la historia, para formar un mosaico heterogéneo de mercenarios muy útiles puesto que cada uno aporta algo distinto al grupo. La unión hace la fuerza. Siempre hay un líder (o más), en este caso Chris (Yul Brinner) y Vinn (McQueen), uno cáustico, serio hasta la náusea, inteligente y experimentado en mil batallas, el otro un hombre expuesto al destino fatal de su propia condición de pistolero, ambos: "un hombre como usted" (frase de Calvera que los define a la perfección), ambos buscando cambiar su estilo de vida, su condición como seres humanos.
El resto de componentes se verá reforzado por una constelación de estrellas de Hollywood, de grandes actores en personajes no muy detallados pero sí lo suficiente para que generen complicidad con el espectador: James Coburn y su curiosa forma de disparar estirado y estilizado, Charles Bronson, que regresa a sus orígenes étnicos y se "reconcilia" con su pasado violento al integrarse con los mexicanos, Robert Vaughn y sus pesadillas nocturnas, sus fantasmas personales, su remordimiento, Brad Dexter, el arribista que tiene que ser engañado por Chris con la revelación (falsa) de que lo que hacen lo hacen por ambición, no por nobles ideales o Horst Buchholz, el muchacho, "joven pero demasiado orgulloso" lo describen los propios aldeanos mexicanos.

Se crea así una historia épica de acción y aventuras, de tiros, estrategia, puñaladas, golpes y diálogos certeros, de frases ingeniosas, algún que otro chiste y dosis de ética y un poquito de amor y fraternidad. Todo aderezado con la mítica banda sonora de Bernstein.

Para los que no conozcan la versión clásica de Los siete magníficos (existen remakes mucho más actuales) deben saber que se trata de un western clásico, con lo que eso significa. Encontrarán puntos de partida argumentales cuestionables dependiendo de cada punto de vista, quizá la sumisión o la cobardía de los mexicanos les inquiete, quizá la superioridad moral de los pistoleros estadounidenses también pero no olvidemos que la película solo propone el triunfo del bien sobre el mal. Después cuestionaremos lo que está bien o mal.