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Voto de Sandra Desmond:
8
Serie de TV. Fantástico. Aventuras Miniserie de 9 capítulos. Virginia vive en Nueva York, cerca de Central Park, y trabaja como camarera en una cafetería. Mientras tanto, en el Mágico 4º Reino, un troll, gracias a sus botas mágicas que lo vuelven invisible, libera de la prisión a Blancanieves, a sus tres hijos y, después, a la malvada reina. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si soy víctima del sentimentalismo y la nostalgia, pero sí, para mi esta película es un merecido 8.
Evidentemente, ni por calidad, ni por interpretaciones, ni por recursos cinematográficos; ya que la calidad es bastante deplorable, sino porque este telefilm es pura magia y encanto. Es cine de entretenimiento para los niños y los no tan niños que aún disfrutan viendo este tipo de películas de una generación ya muerta donde los cuentos importaban, donde aún eran leídos. Incluso el hecho de que tenga unos efectos y unos recursos tan chabacanos le suma mayor encanto.

Y El décimo reino, es especialmente uno de los telefilm más asombrosos y perfectamente realizados; de una generación y de un género dinamitado ya. Cuentos dentro de cuentos, historias que se superponen, lugares y personajes de ensueño, además de carismáticos y encantadores. Todos estos ingredientes hacen que consiga echar la vista atrás y llorar por pura nostalgia sabiendo que los cuentos llevados a la televisión han muerto hace ya más de 10 años.

Toda mi infancia me he criado con este tipo de películas. Recuerdo con especial cariño los sábados por la noche, mientras mis padres salían con sus amigos y yo aun no tenía edad para salir, como me iba a la cama de mis padres, ponía Telecinco (cuando no, señores, no, cuando aún no había prácticamente televisión basura) a las 22:00 y veía los maravillosos (y cutres, muy cutres jaja) telefilmes que echaban sobre princesas y hechizos, sobre maleficios y cuentos y como soñaba con ellos. Ahora, la infancia ha muerto. Muere con su primera consola, con su primer videojuego, con su primer ordenador y con su primer móvil.

Y yo solo siento una tristeza sobrehumana al echar la vista atrás y saber que las nuevas generaciones no vivirán la infancia tan intensamente como se hacía antaño.

Gracias a este tipo de películas y gracias por hacernos soñar.
Sandra Desmond
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