Buena película de época. La fotografía es sobresaliente. El argumento es interesante y la ambientación magnífica.

Rigor y generosidad en atuendos, casas, canales y cualquier útil cotidiano de esa época. Un soberbio trabajo de seriedad histórica. Son muy curiosas todas las escenas que ocurren en el estudio de pintura y las que describen la vida de la familia.

Personajes muy creíbles. Firth convence como artista talentoso. Johansson transmite el enamoramiento con su mirada y tiene un parecido prodigioso con la chica del cuadro real. Buena elección. El maquiavélico Wilkinson y la pragmática suegra Parfitt también están bien caracterizados.

Argumento curioso. Se mezcla el enamoramiento de la nueva criada, no necesariamente compartido por él, con los celos que despierta este hecho en otra persona y con la aceptación por parte de la suegra de ello mientras inspire a Vermeer a seguir pintando. La jugada del envidioso es que Vermeer acabe pintando a solas a la criada con un pendiente de perla. Después de ello, ¿se la va a mirar igual?

El proceso de "enamoramiento" (o más bien embelesamiento...) tiene mucho de admiración mutua. De la criada hacia el talentoso Vermeer y de este hacia ella por su intuición con los colores y la luz.

Si te gusta la pintura, esta película es imprescindible.