Película que, a los que somos fans de Stathan, nos parecerá razonablemente molona y algo neo noir pero que a todos los demás les parecerá un sinsentido absurdo.

Se dan los ingredientes que buscamos los incondicionales de Stathan, pero muy "descafeinados". Vamos a verlos:
1. Él mismo. Si está Stathan, hay que darle una oportunidad.
2. Coches molones. Sea su Ford Torino GT o el Mustang de su amigo.
3. Chicas guapas. Pero practicamente sin papel, sólo son floreros. Sofía Vergara quita el hipo; pero sólo durante los cinco minutos en los que aparece. Las demás bellezas también se agradecen.
4. Diálogos ingeniosos y cínicos. Los hay, sí, pero ni la cuarta parte de lo que solía haber y más flojos.
5. Artes marciales mixtas e improvisación de armas. Esta parte es aún más floja que las anteriores (que ya es decir...) Esas estupendas coreografías de otros films aquí se cortan rápidamente y no hay escenas reales de lucha en grupo. Muchos efectos y cámara lenta para intentar dar credibilidad a la pelea.
Stathan, tío, me duele a mí más que a ti pero ya no eres el de antes.
¿Hay pelis aún peores de Stathan? Pues sí: Redención, The Mechanic 2... pero eso no es excusa para darle buena nota a este film.

Preocupantemente la película dedica demasiado tiempo a intentar convencernos de que en Las Vegas puedes hacerte rico jugando en una tarde, que sólo hay bellezas y que si pierdes (por tu culpa, claro), tú tranquilo, igual algún millonario se ofrece a pagarlo de su bolsillo. ¿A quién no le ha pasado?
Y, por supuesto, el crimen organizado de Las Vegas tiene modales de dandy y un sentido de la justicia como el del rey Salomón. ¡Anda ya! ¿Patrocina esta película la mafia de Las Vegas? ¡Qué asco! ¿Cómo se presta Stathan a este panfleto?

Lo dicho, sólo para fans nostálgicos de Stathan. Por lo demás, nada.