Gran película de espías, con buen ritmo, tensión, algo de acción...y giros inesperados que consiguen que se te queden los ojos abiertos.

Los actores que les representan en los sesenta son buenos y carismáticos. Incluido el cirujano nazi. En los del presente, una contundente Helen Mirren se lleva todo el peso de la narración.

Un equipo de espías quiere secuestrar a un cirujano nazi para llevarlo a juicio. Pero a pesar del aparente éxito, quedaron cabos sueltos. Esos cabos sueltos aparecerán de nuevo.

Lo mejor es el relato sombrío, cotidiano, sin glamour del trabajo de espía. Las alucinantes decisiones que se toman llevados por la presión y la desesperación (aquí) o por la misma inercia de la paranoia en el mundo del espionaje (Nuestro hombre en la Habana).

Retrata muy bien el Berlín de los sesenta. Las localizaciones, los coches, tranvías, vestuario...

Aparte de una gran película de espías en el mundo real, podría haber planteado un dilema moral interesante sobre lo que vemos, cómo lo vemos y qué queremos ver. Se queda en película inteligente y sorprendente por su planteamiento. Te sorprende varias veces.

Al igual que en películas como "Testigo de cargo", "Las diabólicas" o "Los otros" una vez ya las visto (o te las han contado...) no se disfrutan tanto. No les hagas spoiler a los demás...