Igual que en "Platoon", aquí un joven adolescente deslumbrado por el patriotismo barato de los EEUU se alista para Vietnam (Uno de los marines que da la charla es Berenguer, el violento sargento Barnes de "Platoon").

Las primeras refriegas no tienen nada de heroicas: por error matan a civiles y a un compañero. Y empieza a ver la parte sórdida e inhumana de una guerra.

La vuelta a va ser dura, aún siendo considerado un héroe (desfila en descapotable ante ovaciones, esta primera vez) y empezará a beber.
Irá a Méjico pensando que puede mejorar su situación; allí se evadirá con prostitutas y alcohol. Conocerá a otro veterano, interpretado por Dafoe (el luminoso sargento Elías de "Platoon").
La autocompasión no es lo suyo y regresa dispuesto a enfrentarse a sus fantasmas internos. Comienza su "renacimiento". Hablará con los padres del soldado al que mataron por error y se planteará cambiar la sociedad para que nadie más tenga que ir allí.
Tras encontrar un objetivo por el que luchar y comprometerse con el pacifismo se suceden otras buenas escenas. En una de ellas volverá a desfilar; pero su descapotable es ahora su silla, ya no hay glamour. Pero el encuadre es el mismo que en el primer desfile elegante con el cadillac. Aquí vemos su transformación, su cambio de militancia.

Película con escenas muy duras, como las que ocurren dentro del hospital para veteranos. Los gritos desesperados a su madre diciéndole que no tiene pene, mientras la madre se obstina en negar que su hijo está destrozado, el desfile de veteranos en sillas de ruedas, las patéticas escenas en Méjico con Dafoe, cuando soporta que le escupen e insulten en las charlas que da...

Buena película.