Estupendo thriller lleno de adenalina, de emociones, de desconcierto. Con un arranque y un final simétricos se abre y se cierra la frenética noche de aventura urbana que recuerda a veces a "Jo, que noche" y otras a "The warriors". El inocente atrapado en un malentendido, al estilo de Hitchcock, se desenvuelve en un ambiente lleno de violencia nocturna, desesperación y luces de neón.

El guión es muy bueno y creíble. Es cierto que hay un par de situaciones en las que no se entiende por qué se llega a la siguiente situación, pero lo frenético del ritmo del film hace que no te importe demasiado.

La dirección es muy buena, estás en vilo todo el rato, sorprendido por las situaciones y por el ritmo alucinante e incansable de la película.

La fotografía es muy buena, los movimientos constantes de la cámara que respira (casi) a la vez que Casas te sumerge en la historia, en sus persecuciones y en su angustia. Los giros, cambios de perspectiva, pérdida de horizontalidad te llevan a empatizar con el personaje y a percibir la absoluta locura que le toca vivir.

Impresionante actuación de Casas que cada vez es más actor y menos "machote". Te logra convencer durante toda la película de que, pese a lo rotundo de su físico, está atemorizado por todas las peripecias por las que va a pasar.
Los secundarios, son de nivel. Creíbles al cien por cien.