¡Qué gran inocente Melies! Como mago e ilusionista, además de cineasta, quería soñar y soñaba y soñaba, hasta que dio con el cinematógrafo, entonces vio como sus sueños podrían ser vistos y disfrutados por otras personas. Y así hizo, vio la Luna como un horizonte lejano e inalcanzable y materializó su sueño, en cierta medida claro. Con un presupuesto alto para la época, no olvidemos que nos referimos a 1902, Melies filmó fantásticamente lo que sería el alcance de ese horizonte, sin embargo, no le dio tiempo a vivir como en 1969, tan sólo 67 años después ese sueño ya no lo era, y sí, otra vez la realidad superaba a la ficción, eso sí de una forma y en un contexto mucho más amargo que el imaginario del francés.

Georges Melies se inspiró en la obra de Julio Verne, y si cupiese la posibilidad de que EEUU no fuese el primero en pisar la luna y todo fuese un montaje, desde luego tal montaje se inspiraría en Melies.

Ahora me pregunto si nuestros tata ... ranietos no pensarán ¡qué inocentes, en el siglo XXI soñando con cosmologías como Avatar o Yo Robot por citar algunas. Y dirán: una vez más, la realidad supera la ficción.