Si después de todo el tiempo que he guardado American psycho en mi lista de películas que quiero ver, y en el momento que por fin me siento preparado para ello, se presenta el señor Bateman durante más de 30 minutos al ritmo de “true faith” “walking on sunshine” o “simply irresistible” sonando a todo trapo, a mi ya lo único que me queda por pensar es: que narices has estado haciendo estos 18 años desde que esta joya salió a la luz, paleto.

Patrick Bateman representa todo lo que hemos soñado ser algún día, un hombre de éxito, inteligente, atractivo, que invierte miles de dólares en su salud y en mantener un físico envidiable, que se sienta en su despacho a pasar las horas muertas, que disfruta de los excesos de la noche, de las mujeres y de todo aquello que pueda comprar con dinero. Un hombre viviendo una falsa felicidad, en el qué lo que menos importa es cómo te llames.

Sólo tiene una pequeña, llamemosle, afición. Una afición un tanto peculiar, con la que sacia toda su sed nocturna de sangre al ritmo de Phil Collins o Huey Lewis and the news y mientras se fuma un buen puro sentado en el sofá, observando su obra.

El ritmo de la película te mete en eMlla de tal manera, que tú mismo te estás planteando en todo momento qué es ficción, qué es realidad, o directamente, cuánto hace que tu cabeza se ha vuelto loca en esta orgía de música, trajes caros, una pistola de clavos, un hacha y Paul Allen. Incluso en el momento de más bajón del film, siempre estás alerta, porque vas conociendo al personaje y sabes lo ‘convincente’ que puede llegar a ser para conseguir sus propósitos.

De Christian Bale, está todo dicho, ese genio tiene un sitio reservado en el Olimpo del cine. El primer plano mientras le deja un mensaje a su abogado, esa expresión, esa locura reflejada en sus ojos resume toda la película. Unos ojos que ven una realidad totalmente abstracta, llenos de excitación y sangre, mucha sangre. Además de unas excelentes interpretaciones de Dafoe y Leto que, aunque esporádicas, ayudan a entender y a formar parte de esta maravillosa locura.

No esperéis tanto como lo hice yo y poneos el impermeable que la película empieza.