Gran debut de Karl Markovics, realizador nacido en Austria. Este, su primer largometraje, fue el gran triunfador de los premios que concede la Academia de Cine de dicho país. Una melancólica historia que nos habla acerca de la incomunicación, la incomprensión, el aislamiento, la asfixia (de ahí que el joven protagonista necesite respirar, como nos muestra el título) de un adolescente en una edad difícil y que le ha tocado vivir una vida injusta: se cría en orfanatos y más tarde es enviado a un centro penitenciario. Su complicada existencia va ligada además a la incapacidad que tiene de relacionarse, lo que provoca que nuestro protagonista no conozca aún el afecto, el cariño, el amor.

La interpretación del novato actor Thomas Schubert también es una gran revelación, componiendo un solitario, hermético y contraído personaje. Es hermoso y real este trabajo, por el que Schubert se llevó con merecimiento el galardón al mejor actor en los citados premios austriacos.

Quizás la obra pueda parecer una pequeña propuesta, otra más sobre sobre adolescentes europeos de clase media o baja, pero Breathing sirve como metáfora no solo a una generación sino también a toda una comunidad, como es la europea. Su ritmo lento y pausado ayuda a admirar el hermoso trabajo de fotografía y su excelente banda sonora, ambas remarcando la asfixia del protagonista, el cual se halla deseoso de poder respirar en un mundo del que es indiferente porque jamás le han dado su lugar en él. Una sensible y conmovedora historia sobre el amor, la muerte, y la vida. Sobre la juventud en tiempos difíciles. Sobre padres que abandonan a sus hijos y sobre hijos que abandonan a sus padres. Como decía, gran debut a tener en cuenta.