La trama, como tema de educación hacia la estupida e insconsciente juventud es útil y saludable, pero dejando al margen la poderosa campaña publicitaria en su favor y el fenómeno fan o movimiento guay de ver neflix, la serie es realmente mala, a la altura de cualquier serie adolescente de megatrix de los 90. Guion lento, lleno de clichés, forzado y bastante previsible. El eje conductor de la mentalidad de la protagonista es el qué dirán y sus alegrías o sufrimientos dependen de ello. Esto revela la vida absurda del ciudadano occidental, donde el mayor de sus problemas es que te salga un novio gilipollas hasta el punto de llegar al suicidio, mientras niños de otras partes del mundo luchan cada día por sobrevivir mientras ven como asesinan a sus familiares y amigos con la diferencia de que éstos no graban ninguna cinta para compensar su afán de protagonismo. En mi opinión, creo que hubiera sido más útil resumir las 13 horas de metraje en un artículo de PlayGround.