Haz click aquí para copiar la URL
México México · Guadalajara, Jalisco
Voto de Sergio Espinoza:
7
Ciencia ficción. Fantástico. Acción Los X-Men luchan por la supervivencia de la especie en una guerra que se desarrolla en épocas diferentes. Los personajes de la trilogía cinematográfica original de “X-Men” unen sus fuerzas a las que ellos mismos poseían en el pasado, cuando eran más jóvenes (tal y como aparecen en “X-Men: Primera generación”), para cambiar un importante acontecimiento histórico y librar una épica batalla que podría salvar nuestro futuro. (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La 20th Century Fox no pudo tomar una mejor decisión que encargar a Bryan Singer la nueva entrega de X-Men. La que, dicho sea de paso, habrá de reconciliar a la fanaticada indignada por la horripilante The Last Stand (2006), del inefable Brett Ratner, y tiende un sano puente de contacto entre la solidez de X-Men y X2 y el universo narrativo de First Class. Vamos, que ahora hasta se ha justificado el spin-off de Wolverine.

A todo esto ha contribuido la destreza de Bryan Singer y su equipo, tanto a la hora de adaptar el guión como de disponer los elementos técnicos y humanos en pantalla. X-Men: Days of Future Past no sólo es una dignísima película de acción, sino un interesante ejercicio de profundización dramática, no exenta de ciertos fallos argumentales (como todo el cine de acción hoy en día) pero que deja un buen sabor de boca en todos los sentidos. Comenzando por el visual. El prólogo con el que arranca el filme, narrado en off por Patrick Stewart, expone de manera perfecta la atmósfera opresiva y obscura de la cinta: de hecho su estética remite a obras cumbre de la mejor ciencia ficción post-apocalíptica, como Terminator o Alien, con planos panorámicos donde se muestran tres cosas básicas: desolación, muertos y máquinas, al tiempo que Stewart nos brinda detalles del nudo argumental que desata la trama. Singer conoce su oficio.

Todo en Days of Future Past embona. El cuidado puesto en la confección del guión es evidente. Luis Reséndiz ofrece un ejemplo concreto en el blog de cine de Letras Libres (http://www.letraslibres.com/blogs/en-pantalla/x-men-days-future-past), aduciendo a las razones por las que el profesor Xavier, en su versión juvenil encarnada por James McAvoy, camina, cuando le habíamos visto perder la movilidad en Last Stand. Singer resuelve la situación no sólo de manera elegante, sino que su respuesta refuerza la intensidad dramática del filme. La atención en el detalle es, si cabe, igual de impecable en los aspectos de producción. El arte de la cinta recrea de manera perfecta la década de 1960, a la vez que le impone ubicuidad al futuro. Dado que los centinelas destruyen todo a su paso, ¿qué más da dónde se encuentre el escuadrón X?

La parsimonia e interés puesto en el desarrollo de los personajes muestra la madurez de un producto que por poco se despeña con la intervención de Rattner, los tópicos del filme lo acercan, como decíamos, a la ciencia ficción de manera por demás satisfactoria, pero quizá el logro más gratificante sea que las escenas de acción están filmadas con una coherencia inusual en el cine comercial de nuestros tiempos. Dos ejemplos: la espectacular secuencia en que Quicksilver resuelve una comprometedora situación en la irrupción en el Pentágono para rescatar a Magneto, filmada a 3600 cuadros por segundo, no sólo representa un brillantísimo recurso narrativo, sino que además se da el lujo de agregar humor. En otro momento de la película, Erik intenta abatir a Raven durante la firma de los acuerdos de paz de París de 1973; Singer combina tomas naturales con artificiales, supuestamente captadas desde cámaras aficionadas que se encontraban por ahí: el resultado es satisfactorio porque siempre se entiende qué es lo que está sucediendo a cuadro. Parece una perogrullada, pero es difícil que Hollywood respete el cánon básico de lo que los gringos llaman "story-telling", y que nosotros podríamos traducir como narración.



Apuntar que la solvencia actoral es uniforme probablemente estaría de sobra con un elenco como éste, pero no es así. ¿Cuántas veces no hemos visto repartos multi-millonarios destrozar cualquier cantidad de proyectos? Especial atención merece el dúo James McAvoy-Michael Fassbender, que como en el filme predecesor, componen un vis-a-vis rico en matices y asumen con naturalidad el arco dramático que se abre en torno a su relación con Raven-Mystique, una correcta Jennifer Lawrence, y por supuesto, cómo dejar de destacar a Peter Dinklage; mucho talento en tan poco empaque.

No se equivocaría quien afirmara que Days of Future Past se ha ganado un sitio importante en el cuadro de honor del género de adaptación de cómics de superhéroes. Bryan Singer borra el lastre que le representó la inefable Superman Returns (2006), y coloca su nombre con letras de oro junto a los de Christopher Nolan y Sam Raimi. A Zack Snyder, con todo, le siguen haciendo falta galones. Ya veremos cómo responde Joss Whedon el año que viene con la secuela de Avengers.
Sergio Espinoza
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow