Haz click aquí para copiar la URL
México México · Guadalajara, Jalisco
Voto de Sergio Espinoza:
10
Thriller Jules y Vincent, dos asesinos a sueldo con no demasiadas luces, trabajan para el gángster Marsellus Wallace. Vincent le confiesa a Jules que Marsellus le ha pedido que cuide de Mia, su atractiva mujer. Jules le recomienda prudencia porque es muy peligroso sobrepasarse con la novia del jefe. Cuando llega la hora de trabajar, ambos deben ponerse "manos a la obra". Su misión: recuperar un misterioso maletín. (FILMAFFINITY)
29 de marzo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solaz alegoría la de nuestro título. "Pulp Fiction", la obra cumbre de Quentin Tarantino, de la que se han escrito miles de páginas y hasta tesis, que revolucionó la manera de contar historias en aquel ya lejano año de 1994, ha sembrado en la memorabilia popular un buen puñado de leyendas urbanas. Curiosa coincidencia, porque la trama está compuesta, precisamente, de un conjunto de pequeñas historias urbanas, cada una convertida en su contexto en una leyenda particular. El mismo Tarantino colocaba ya, al inicio de la cinta, una definición de la palabra "Pulp", y ésta rezaba más o menos así: "revistas o historietas de narraciones de diferentes géneros de la literatura de ficción, encuadernados en una manufactura barata". El Pulp, es ya por definición, una suerte de narrativa ecléctica, alejada de los cánones de la industria editorial.

Lo mismo sucede con su cinta. Verdadero tesoro literario, Pulp Fiction supuso la confirmación de que en el buen cine, aún en Hollywood, el guión es rey. Y que eso va contra la manera en cómo funciona la industria angelina, lo sabe hasta un niño de diez años. Un filme que puede lograr crear una discusión aún fresca entre los cinéfilos sobre, por ejemplo, qué carajos contiene el maletín que Jules y Vincent, recaban para su jefe mafioso Marsellus Wallace, en la brillante secuencia inicial. El debate es largo, pero la idea más aceptada entre la comunidad es que dicho portafolios tenía dentro el alma de Marsellus. Para sostener este argumento, recurren a la interpretación de varias situaciones peculiares. La primera de ellas es el detalle de la contraseña que introduce Vincent para abrir el maletín: 666, número que es conocido en la tradición cristiano-occidental como el número que identifica a Lucifer, la bestia infernal. La segunda pista, afirman los hacedores de rompecabezas, apunta en la dirección del propio Marsellus; en su primera aparición, el líder delictivo aparece de espaldas a la cámara, en diálogo con Butch, y lleva un "curita" en la nuca. ¿A qué se debe esto? Ni Tarantino ni Avery (quien comparte créditos en la escritura de las historias) se molestan en explicarlo, pero una leyenda popular (nuevamente) ayudaría a entenderlo: en ciertas culturas, el demonio se apoderaría de las almas de los seres humanos por la parte posterior de sus cabezas. Pues bien, lo anterior, aunado a una serie de hechos como que el contenido del portafolios brilla y todo aquel que pone sus ojos sobre él queda estupefacto (el mismo Ringo, asaltante de poca monta de la cafetería a la que Jules y Vincent terminan arribando después de la "situación de Bonnie", declara estar ante lo más hermoso que ha visto), apunta a que lo que está en el maletín no es otra cosa que el alma de Marsellus. Hay quienes van más allá y reclaman que, cinéfilo consumado como es, Tarantino despliega una suerte de juego magistral con Ving Rhames (actor que encarna a Marsellus). En "Go Tell it on the Mountain", película de 1984 en la que debutó, aparentemente el señor Rhames interpreta a un tipo que vende su alma. Diez años después, encarnando a un delincuente, estaría intentando recuperarla. No pude acceder a información detallada sobre la trama de esta cinta, para confirmar esta teoría, pero dejémosla en el aire para seguir alimentando el mito.

Ayudaría además a explicar esta bizarra trasposición pseudo-religiosa el discurso que Jules recita antes de terminar con sus víctimas. Si el alma de Marsellus está en el maletín y Jules es su custodio, luego entonces es un enviado del Señor. Mismo Señor que, en algún momento, baja del cielo y detiene las balas que un malversado delincuente descarga sobre la pareja de gángsters protagonistas. Todo esto, por supuesto, es una vil suposición y jamás ha sido confirmada por Tarantino, pero sirve para seguir incrementando el aura de intangibilidad del mito. Otro gran detalle de sutileza en el filme y que ha motivado serias disertaciones al respecto es el libro que lee Vincent Vega al menos en dos ocasiones, en el baño y.... en el baño. Así es. Nuestro mafioso favorito es un cagón de primera. Tanto en los sanitarios de la cafetería atracada como en el retrete del departamento de Butch, Vega atiende la lectura de una historieta "pulp" llamada "Modesty Blaise", del inglés Peter O´Donnell. Dicha obra narra las desventuras de una joven asesina a sueldo con múltiples talentos que ha escapado a un campo de concentración nazi en la Grecia de post-guerra. Como podemos fielmente observar, un mafioso no puede leer otra cosa que no sea historias de mafiosos.

Así como éstas, podríamos pasar días disertando sobre la multitud de mini-historias que conforman el universo ficticio de la obra más completa del genio de Tennessee, pero basten para demostrar cómo una obra narrativa, sea audiovisual como en éste caso, o estrictamente escrita, es capaz de configurar un espacio y tiempo únicos, en el que vale toda explicación posible. Eso es la literatura. Eso es el cine.
Sergio Espinoza
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow