Guión hecho a la medida de Bruce Willis, que seguía entonces encajonado en su papel de policía que lucha contra casi todo. En esta ocasión lo acompaña un joven autista al que debe proteger por haber descifrado un código secreto.
La acción es continuada desde la escena inicial, y aunque no se ven secuencias tan espectaculares como en otras cintas del género, mantiene el interés e incluso añade un plus de emotividad, pues el personaje del pequeño hace que afloren los sentimientos.
Excelente Miko Hughes y notable película, que se deja ver fácilmente.