Casi tenía la certeza que esta reseña iba a ser bastante crítica, con una entrada del tipo: "Ya sabía que Ghost World me iba a defraudar. Es imposible adaptar de una forma digna esta obra maestra del cómic".
Pues nada de eso; me sorprendió agradablemente la propuesta de Terry Zwigoff. Su Ghost World para el cine ha sabido tomar el pulso de las viñetas, empezando con la caracterización de Enid y Rebecca.
Se corría el riesgo al guionizar el cómic, que las numerosas referencias que se realizan quedaran de una manera inconexa, pero Zwigoff ha logrado encajarlas de una manera armoniosa, así como capta ese tono melodramático que planea en la novela gráfica sobre la amistad en esas etapas de la vida que te hacen separarte poco a poco de los amigos y amigas que nos acompañaron durante este periodo fascinante de la vida que es la adolescencia.
Incluso encontramos planos solitarios y desoladores que nos acercan a los dibujos fantasmales de ese mundo de inadaptados que nos quiere transmitir Daniel Clowes.
Este Ghost World cinematográfico toma vida propia apartándose de la historia original con la introducción de un personaje, que apenas tiene peso en la viñetas, y aquí lo adquiere de forma notoria para llevarnos hacia una relación que lejos de desentonar llevan a la película a sus momentos más interesantes.
Agradabilísima sorpresa que me llevé con este Mundo fantasma y que tanto tiempo pospuse sintiéndome el Norman que espera que pase su oportunidad en esta vida en forma de autobús que nunca va a llegar y que a mi se cruzó ante mi butaca en forma de película.