¿Alguien me podría asegurar que Bo Burnham no tiene trece años? No he visto reflejo tan fiel de esta edad incluyendo temores, inseguridades y hasta los cambios corporales son evidenciados en esa fiesta de piscina, incluso en la forma de andar.
"Octavo grado" es una pieza de orfebrería cinematográfica, la historia es de una fragilidad tan palpable que parece que en cualquier momento va a explotar dramáticamente por mucha clasificación de comedia que tenga.
Conmueve la interpretación del padre llegando a hacerse un nudo en la garganta en una escena especialmente emotiva con su hija.
Este descubrimiento es una joya de la que se debe presumir de haberla visto.