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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
5
Drama Juana de Arco, la Doncella de Orleáns (1412-1431), una joven profundamente religiosa, vivió durante la Guerra de los Cien Años, en la que se enfrentaban Francia e Inglaterra. Completamente convencida de que Dios le había encomendado la misión de expulsar a los ingleses y de salvar a Francia, va a ver al Delfín, el futuro Carlos VII, y consigue que le proporcione tropas para levantar el sitio de Orleáns. (FILMAFFINITY)
5 de junio de 2009
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la época de Juana, la Francia que ella amaba casi había dejado de existir como nación. Se había convertido en una serie de estados feudales. Borgoña, el más poderoso de todos, se había aliado con los ingleses, cuyos ejércitos dominaban la mayor parte de Francia hasta las puertas de Orleáns,… ya que los reyes ingleses reclamaban el trono de Francia por derecho hereditario.
Así comienza esta Juana de Arco “made in Hollywood”, muy condicionada al ser una adaptación teatral de “Joan of Loraine” de Maxwell Anderson. Fue la única película de la década de los 40 de Victor Fleming que no supuso un gran éxito.

A pesar de ser un absoluto fan de Ingrid Bergman (a veces no muy objetivo, “Alma en la sombra”), creo que esta película no es de las mejores de su filmografía, y no precisamente por ella que, como a lo largo de toda su carrera, lo da todo. Sin embargo la producción es fallida dado el enorme potencial que tenía la cinta a priori, que es, en cierto modo desaprovechado. La propia protagonista de “Juana de Arco”, que abordó el film con una gran ilusión, al ver las primeras copias de lo rodado dijo: “Son muy hermosas. Ahora rodemos de nuevo el resto de la película”. Pero nadie estaba dispuesto a poner otros 4,6 millones de dólares.

Fleming se centra, sobre todo, en la preocupación estética, fascinado por la belleza de Ingrid (estrella entre las estrellas), lo que la hace un tanto artificial, y en realizar una adaptación fiel a los hechos conocidos. A pesar de su abultado presupuesto, muy cercano a “Lo que el viento se llevó”, y el enorme material empleado (71 cañones, 500 ballestas, 110 caballos y 150 armaduras) hay momentos en que no engancha al espectador. El montaje, quizá por el recorte de minutos que se hizo, resulta irregular y los decorados parecen muy irreales. A ratos monótona, se salva por el buen hacer de sus actores, José Ferrer y, sobre todo, Ingrid Bergman, ambos nominados al Oscar.

Lo mejor es su vocación histórica-biográfica y la interpretación de Ingrid, que transmitió una profunda humanidad a la mítica y legendaria Juana de Arco. Destacan varios primeros planos hacia el final (Ingrid forever) y el último tramo en general.
Gabriel Ufa
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