En los últimos tiempos, cada estreno de Pixar se está convirtiendo en un acontecimiento mediático, que además responde, y de qué manera, a las expectativas creadas.
Es también el caso de "Up", una aventura realmente fantástica que supone superarse de nuevo, cuando creíamos que estos chicos ya habían tocado techo con "Wall•E". Pero, como en el viaje en globo de Carl Fredicksen y Russell, el cielo es infinito.

Alguien ha sugerido que es un moderno Don Quijote y su Sancho Panza. Es posible, pero, en cualquier caso, es una aventura muy sugerente que, efectivamente, puede tener múltiples lecturas, pero la más importante y la que las engloba a todas parece decir algo así como: cumple tus sueños, no importa lo tarde que sea.

La excelencia técnica está fuera de toda duda (hay momentos en que la casa de Carl está colgada por ¡¡20.000 globos!!) La magnífica banda sonora no le va a zaga y los personajes enseguida enganchan, desde el gruñón Fredicksen, pasando por un intrépido jovencito explorador con tan buenas intenciones como pocas habilidades y el gracioso perro hablador (¡Apuntando!)

Fredicksen, ese viejo cascarrabias, ligeramente inspirado en Spencer Tracy, y que por momentos recuerda al Clint Eastwood de “Gran Torino”, es un personaje atípico, todo un atrevimiento por parte de Pixar, por incluir a un anciano de 78 años como la estrella del film.

Pero aunque solo fuera por ese extraordinario repaso inicial de la vida de Carl y Ellie, la película ya merecería la pena. Es increíble cómo han logrado esos momentos mágicos, con una capacidad de empatía muy, pero que muy difícil de igualar. En apenas unos minutos, sin una sola palabra, asistimos a la mejor definición posible, en imágenes, de lo que es la vida: ilusiones, proyectos, amor, rutina, tristeza…I-N-I-G-U-A-L-A-B-L.-E.

Película para TODOS los públicos, en el más amplio sentido de la palabra.

Pero mejor que seguir hablando de ella, es dejar que hable por sí misma.

Un consejo: No dejen de verla.