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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
9
Cine negro Un delincuente de poca monta (Henry Fonda), condenado ya tres veces, es acusado de un asesinato que no ha cometido. Aunque consigue escapar de la cárcel, la fatalidad le impide seguir el camino recto, a pesar de contar con el apoyo de una mujer que le ama. (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda película de Fritz Lang en Hollywood y segunda obra maestra. Es tan precisa y está tan bien contada… Tiene mucha fuerza, la historia de ellos te toca la fibra, te atrapa. Quizá no tan conocida como otras obras suyas, pero muy, muy buena. Se mueve entre el cine negro y el melodrama, sacando lo mejor de cada género.
Segunda colaboración de Silvia Sydney, tras “Furia”, de las tres que haría con Lang, y primera de Henry Fonda, quien repetiría en “La venganza de Frank James”.

De nuevo, los temas constantes del destino, los prejuicios de una sociedad que juzga siempre a priori, y la difícil integración del individuo “marcado”.
Como en la mayoría de sus películas, desde el mismo inicio ya se dan pistas de por dónde va a ir la trama: un tendero denuncia en el edificio del Palacio de Justicia que un policía le sisa alegremente manzanas, pero sus súplicas son tomadas a pitorreo.
Henry Fonda encarna a un ex-convicto, con algunos delitos en su historial, que intenta alejarse del mal camino al salir de prisión. Realiza una interpretación magistral, modulando su rostro según requiera la situación, desde el perfecto ciudadano feliz hasta la desesperación. Tiene todo el apoyo de Silvia Sydney, fenomenal actriz de llamativos ojos grandes que realiza un papel de sufrida compañera absolutamente memorable.
Aunque no he visto que nadie hable de ello, creo que “Sólo se vive una vez”, tiene algún punto en común con la extraordinaria “Soy un fugitivo”. Paul Muni tiene algún paralelismo con Henry Fonda en este film.

Hay varias escenas especialmente llamativas, sobre todo una envuelta en una densa niebla, que le da un aspecto fantasmagórico, decididamente genial. Destacan también la forma de contar la boda (una solución ahorrativa en planos propia de un grande) las escenas del robo al Fifth National Bank, o Eddie en el bosque con ella en sus brazos visto desde la mira telescópica, entre otras.

Hay puntadas de una gran agudeza crítica, que entroncan con la visión deseperanzadora y el escepticismo de Fritz Lang. Por ejemplo, los dos trabajadores de la gasolinera.
La rigurosidad en su planteamiento y sobre todo, la claridad y concisión con que está contada, a pesar de los constantes cambios en la trama, hacen de este film una joya de gran valor cinematográfico.

Otra más para añadir al trío mágico de mis preferencias languianas, “M”, “Furia” y “Los sobornados”.
Gabriel Ufa
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