Una de las declaraciones de amor más puras y sinceras que recuerdo haber visto en una película (y no solo en una película). Solo por esa escena merecería la pena verla... Pero hay más, mucho más.
Se trata de una película sencilla, con actores más que solventes casi desconocidos, con una duración (y eso es otra de sus virtudes) de tan solo hora y media (no creo que hiciera falta más), con una buena ambientación y, sobre todo, con una pequeña gran historia. La historia de cualquiera en el contexto que se nos plantea, con sus momentos buenos y malos... y con algunos realmente inolvidables. Pero todo contado de forma natural, sin exageraciones ni excentricidades.
A mi me ha gustado mucho y por eso la recomiendo.