Más allá de la idea que la gente pueda tener de cine sueco ( es decir Bergman y toda una suerte de discípulos o que sin serlo realizan un cine sesudo ) este film viene a demostrar otra vía más desconocida para el público en general. Los suecos también ríen y aunque no es una comedia desternillante ( ni lo pretende ) mantiene bien el pulso entre cine cómico y cine social. Si bien es indudable que le falta profundidad y que le sobran determinados excesos " a la americana " Josef Fares hace un correcto film con un guión cuando menos lleno de originalidad. Se le podría pedir mas ironía y acidez ya que al final el conjunto tiene poca fuerza. Miedo da pensar en el remake hollywoodiense que, eso sí, es probable que nos haga revisitar este "Kops" original y valorarlo con mejores ojos.