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Voto de Edu Mannix:
10
7,8
40.999
Romance. Drama
Hong Kong, 1962. Chow, redactor jefe de un diario local, se muda con su mujer a un edificio habitado principalmente por residentes de Shanghai. Allí conoce a Li-zhen, una joven que acaba de instalarse en el mismo edificio con su esposo. Ella es secretaria de una empresa de exportación y su marido está continuamente de viaje de negocios. Como la mujer de Chow también está casi siempre fuera de casa, Li-zhen y Chow pasan cada vez más ... [+]
28 de enero de 2021
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Dejé pasar unos días después de la maratón de películas de Wong Kar Wai vistas en el cine hace una semana y hoy por fin he ido al cine para volver a ver In the mood for love, esta vez en pantalla.
El tema es el mismo que el de casi todas las películas de Wong Kar Wai (la imposibilidad del amor cuando no llega en el tiempo y lugar adecuados) aunque en esta ocasión el protagonista no es un hombre oscuro y frío que destroza el corazón de las mujeres que se enamoran de él sino que ambos protagonistas están igual de vulnerables y necesitados.
El tema es el mismo que el de casi todas las películas de Wong Kar Wai (la imposibilidad del amor cuando no llega en el tiempo y lugar adecuados) aunque en esta ocasión el protagonista no es un hombre oscuro y frío que destroza el corazón de las mujeres que se enamoran de él sino que ambos protagonistas están igual de vulnerables y necesitados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La cámara fluye lenta y relajada y la iluminación y el color son deslumbrantes pero la magia de la película proviene fundamentalmente del montaje y el uso de la repetición como figura poética.
La primera vez que vemos las escaleras del edificio donde ambos viven sube primero ella y baja luego él y no llegan a coincidir, la segunda vez apenas coinciden ambos en la cima de la escalera, la tercera vez los dos la bajan juntos, la última vez que la vemos él sube solo pero ella ya no está al otro lado.
Recordaba con fuerza las escenas del taxi.
En la primera ambos parecen nerviosos: “¿Por qué no me llamaste hoy?” “No sabía si te molestaría” “Entonces no llames nunca más”. La cámara busca sus manos y la mano de él busca la de ella y, pese a las dudas iniciales, ella la rechaza. Él se baja del taxi antes de llegar a casa para no ser vistos juntos.
Una vez más en una película de Wong Kar Wai, la escena más emotiva tiene lugar bajo la lluvia. Él confiesa que se ha enamorado de ella y que se irá a Singapur porque ella no quiere ir con él. También explica que ha comprendido a sus parejas.
“Los sentimientos florecen aunque uno no los evoque”.
Se van en un taxi y la cámara vuelve a narrar el viaje a través de sus manos entrelazadas todo el viaje.
“Hola, soy yo, si pudiese conseguir un billete más, ¿vendrías conmigo?”
La música es un elemento narrativo más y quizá el más evocador, sobre todo a través de las canciones de Nat King Cole.
Aquellos ojos verdes suena cuando ambos confiesan conocer las infidelidades de sus esposas, cuando él plantea que pueden hacer en esta situación y cuando ella rechaza su ofrecimiento de colaborar con él en la escritura de relatos de samuráis.
“No saben las tristezas que en mi alma han dejado aquellos ojos verdes que yo nunca besare”.
En una de las escenas finales, él recibe una llamada cuando ya se encuentra en Singapur pero nadie habla al otro lado del teléfono.
“Y así pasan los días y yo desesperado y tú, tú contestando: Quizás, quizás, quizás”.
Es una película tan bonita y tan triste que uno sale del cine y no sabe si quiere enamorarse o quiere llorar o quizá las dos cosas.
La primera vez que vemos las escaleras del edificio donde ambos viven sube primero ella y baja luego él y no llegan a coincidir, la segunda vez apenas coinciden ambos en la cima de la escalera, la tercera vez los dos la bajan juntos, la última vez que la vemos él sube solo pero ella ya no está al otro lado.
Recordaba con fuerza las escenas del taxi.
En la primera ambos parecen nerviosos: “¿Por qué no me llamaste hoy?” “No sabía si te molestaría” “Entonces no llames nunca más”. La cámara busca sus manos y la mano de él busca la de ella y, pese a las dudas iniciales, ella la rechaza. Él se baja del taxi antes de llegar a casa para no ser vistos juntos.
Una vez más en una película de Wong Kar Wai, la escena más emotiva tiene lugar bajo la lluvia. Él confiesa que se ha enamorado de ella y que se irá a Singapur porque ella no quiere ir con él. También explica que ha comprendido a sus parejas.
“Los sentimientos florecen aunque uno no los evoque”.
Se van en un taxi y la cámara vuelve a narrar el viaje a través de sus manos entrelazadas todo el viaje.
“Hola, soy yo, si pudiese conseguir un billete más, ¿vendrías conmigo?”
La música es un elemento narrativo más y quizá el más evocador, sobre todo a través de las canciones de Nat King Cole.
Aquellos ojos verdes suena cuando ambos confiesan conocer las infidelidades de sus esposas, cuando él plantea que pueden hacer en esta situación y cuando ella rechaza su ofrecimiento de colaborar con él en la escritura de relatos de samuráis.
“No saben las tristezas que en mi alma han dejado aquellos ojos verdes que yo nunca besare”.
En una de las escenas finales, él recibe una llamada cuando ya se encuentra en Singapur pero nadie habla al otro lado del teléfono.
“Y así pasan los días y yo desesperado y tú, tú contestando: Quizás, quizás, quizás”.
Es una película tan bonita y tan triste que uno sale del cine y no sabe si quiere enamorarse o quiere llorar o quizá las dos cosas.