La 19ª entrega de la saga es un conseguido experimento que consistió en llevar a Bond a límites pocas veces vistos, a otorgarle una misión más creíble y cercana y a mostrarle en situaciones más dramáticas que le hacen más vulnerable y cercano.

Hay mucho dramatismo, mucho guión y no mucha acción.
Quizás fue eso lo que decepcionó a la mayoría.
Pero si quereís darla una segunda oportunidad, vereís que es una muy buena película Bond, que además es muy diferente al resto de entregas.

Brosnan aprueba con sobresaliente con su dramático Bond.
Tan recomendable como las mejores.