Ay, qué película. Cómo llena tus sentidos y, a la vez, llama a la puerta de los sentimientos. Cómo te hace pensar y empatizar no sólo con lo que se ve, o con los personajes, sino también con lo que se dice. Creo que es una obra maestra, o lo mismo es que me ha cogido en un día tonto, pero es un film que me ha llegado.
Comienza como en un sueño, con dos personas perdidas en otro mundo. Pero la guerra, la realidad, está ahí, esperándolos, y sin demasiada paciencia. Luego la película transcurre entre fuego y enjambres de personas, de pequeñas historias que se van deshilvanando ante nuestros ojos. Vidas que continúan, otras que se cortan... mientras Witt, el, para mí, protagonista, esa especie de mago o de ser que, como diría Buda, ha visto la verdad, "sabe", nos lleva de la mano por este escenario de horror. El desenlace no lo diré aquí, por si hay alguien que aún no ha visto esta maravilla.
Sólo decir, para terminar, que una banda sonora excepcional acompaña a esta puesta en imágenes de poesía, amor, muerte, orgullo, ruido y furia, como diría Shakespeare. Si tuviera que ponerle un pero, quizá sería a que le falta algo más de brío en las escenas de batalla, y no porque no estén muy bien rodadas, que lo están, sino porque, ya digo, quizá, queden un poquito por detrás del realismo que Spielberg supo darles en su "Soldado Ryan" (inferior, en todo caso, a film que nos ocupa).

Pues eso, que será que tengo el día tonto, pero le he cascado un 10 a esta película. Que la disfruten.