Interesante voltereta con doble tirabuzón por parte Roberto Taladro para sorpresa de sus detractores, y deleite de sus lanzadoras de tangas de chocolate, no obstante, conviene matizar que personalmente, nunca me he rendido a sus pies pero seguramente aquí, en Rabocop, firma el papel de su vida.

Quizás su gelidez, su aspecto de maniquí de zara nunca me han hecho mojar el boxer, aquí sin embargo, comanda la función lanzando cohetes a diestro y siniestro sin parar de agitar el bollycao, esto es un call the man en toda regla.

Si bien es cierto que los tópicos abundan en la cinta y quizás un seis ajuste mejor la mirilla poniéndonos puntillosos en el último tramo, finalmente me he decantado por el siete, algo más juguetón, más desafiante, un alarde de generosidad tal vez, pero ver a Taladro dando señales de vida creo que merece el riesgo y un respeto, por fin parece que palpita el corazón dentro de nuestra escultura de Giacometti, y además volver a disfrutar de Mike Raft Ness sigue siendo un espectáculo.

Se despide desde Malta.

El gol de señor.