Bueno, después de atragantarme con esta película, tenía algo que decir, hace unos días, sólo pude lanzar una imagen para que notaséis el desencanto que padecí viendo semejante risoterapia.

La velada, pintaba mejor que un cuadro de Velázquez , el Alfombras galopando por la banda poseído por el espíritu de sus bolos, lanzaba un todopoderoso nueve en la licorería, el Trompetas, si no recuerdo mal, daba volteretas en la tripa de Ronaldinho con el cartel de cine negro, black, black, muy black del bueno entre sus cejas.

Además otro aliciente de relumbrón era que John Aldridge marcaba el ritmo detrás de la cámara asomando su brontosaurio.


El resultado, Jaimito deambulando por el metraje contando chistes y enseñando el pernambucano.

Primero, he de señalar, que la tengo en dvd original, y lo primero de todo, la embaucadora portada que nunca se deja ver en la película es para volatilizar con un bazoka a mas de uno o al menos ponerle cara de Schweinsteiger comiendo sandía.

El protagonista, con el mismo carisma que Jose Luis Chilavert en Bámbola pasa por allí y el guión, a medida que va creciendo en minutos, decrece en credibilidad, la escena de Rafael atado en la cama es para saltar al vacío.

En fin, que esperaba mucho, y seguramente alguien intentará pisar mi gorra, pero las cosas como son, aquí Aldridge patina sonriente.

Se despide desde Ambiciones

Humberto Janeiro buscando papel para escribir los versos mas bonitos de esta noche.