Estos americanos con sus lecciones sobre ser mejores personas y superarte a ti mismo... Que sí, que esta historia ya la hemos visto muchas veces, sólo que esta vez viene de la mano de Will Smith, al cual idolatro y lo considero un buen actor, pero todo tiene un límite. No puedes inventarte una historia tan mala, enchufar a tu hijo el cual no tiene ni puñetera idea de actuar y llevarlo a la gran pantalla. Porque eso es lo que me dio en muchas ocasiones, vergüenza ajena, vergüenza del hijo y vergüenza del padre encarnado por un Will Smith que pretende hacernos creer que es un serio y cabreado padre. Este papel no te pegaba para nada Will, porque tú eres un tipo majo y carismático, deja de intentar hacernos creer lo contrario. Por otra parte no puedo dejar de lado la increíblemente patética actuación del hijo de éste, la cual me dio arcadas y vergüenza ajena hasta decir basta y que sólo puedo creer que esté ahí por ser hijo de quien es y no por sus dotes interpretativas. Por lo demás, una película moralista, predecible, sin emoción y de la que sólo salvo de la quema porque aunque no hace una buena interpretación, Will es mucho Will.