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España España · Barcelona
Voto de jesuslion:
5
Drama. Ciencia ficción Justine (Kirsten Dunst) y su prometido Michael (Alexander Skarsgård) celebran su boda con una suntuosa fiesta en casa de su hermana (Charlotte Gainsbourg) y su cuñado (Kiefer Sutherland). Mientras tanto, el planeta Melancolía se dirige hacia la Tierra... (FILMAFFINITY)
5 de diciembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Hay una pregunta que revolotea algunas cabezas: ¿tienen derecho los directores de cine a mostrar detalladamente la angustia? ¿A trasladar lo que la realidad ya se encarga a menudo de ofrecer?

- Melancholia es lo último de Lars Von Trier, Su protagonista, Kirsten Dunst, ganó el premio a mejor actriz en Cannes y la película acaba de ganar el mayor premio en el Festival de Cine Europeo. La crítica la quiere, por lo que parece. Al igual que El Árbol de la Vida, de T. Malick, Von Trier comienza con una secuencia musical interplanetaria estilo 2001, con la particularidad de que el fin de la secuencia es el impacto de un enorme planeta (llamado, ajá, Melancholia) contra la Tierra, a la que quema y despedaza. Después se suceden dos partes que podrían considerarse reversas, quizás complementarias: la boda de Justine (K. Dunst) en la primera, la espera de la colisión en casa de su hermana Clarie (C. Gainsbourg) en la segunda.

- La boda es una trampa de inestabilidad. Los juegos y la sonrisa-Chesire de K. Dunst son el preludio, o la tapadera, de una espiral de intentos de adaptación, de una bipolaridad donde la calma es una bañera. El experimento, aunque no novedoso, es alentador. Pero fracasa. Genera sensaciones puras, pero obligando a una cierta esclavitud. Otorga ansiedad, oscuridad, intuyes la complejidad, pero no tiene luz; carece, en el amplio sentido del término, de “lucidez”. Quizás sin esas cotas, pero recordándolas, rescata a Rompiendo las Olas, a Bailar en la Oscuridad: acaba resultando un drama por el mero drama, que solo después intenta revestirse de un simbolismo general. Pero, como en las alegorías, todo acaba resultando lejano, maniqueo.

- Una paradoja: el Dogma nació como una lucha contra el artificio, pero acaba resultando su vivo instrumento: desplaza los planos, se pone nervioso, desenfoca de forma absolutamente premeditada y artificial, busca movimientos que nada tienen que ver con los del cuerpo y la cámara. Lo que pretendía acercar la realidad, la desplaza.

Sigue en spoilers, sin spoilers.



20000caligrafias
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
jesuslion
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