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Aventuras. Fantástico. Animación
Mowgli (Neel Sethi), un niño criado en la selva por una manada de lobos, emprende un fascinante viaje de autodescubrimiento cuando se ve obligado a abandonar el único hogar que ha conocido en toda su vida. Nueva adaptación de la novela de Rudyard Kipling. (FILMAFFINITY)
25 de abril de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El libro de la selva" me pareció sin duda una sorpresa. No esperaba nada, pero al fin de cuentas me la pasé tan bien que al salir de la sala noté que mi entusiasmo duraría al menos todo el día.
Desafortunadamente no he tenido la oportunidad de leer "El libro de las tierras vírgenes", digo esto porque me permitiría establecer un paragón entre el discurso original de Rudyard Kipling (que algunos califican de racista, otros de elegante, otros de una combinación de ambos) y el discurso que Jon Favreau (o mejor dicho la factoría Disney) establece para esta entretenidísima película.
Mas es fácil darse cuenta que una historia puede contarse de diferentes maneras y sus variaciones dependerán precisamente del momento histórico en el que se realiza y a los sujetos a quienes va dirigida. No se busca crear una obra de arte con esta película (para bien y para mal), no es una película pretenciosa tampoco. Da lo que ofrece (de nuevo, para bien y para mal).
(Destriparé la película a partir de ahora).
Desafortunadamente no he tenido la oportunidad de leer "El libro de las tierras vírgenes", digo esto porque me permitiría establecer un paragón entre el discurso original de Rudyard Kipling (que algunos califican de racista, otros de elegante, otros de una combinación de ambos) y el discurso que Jon Favreau (o mejor dicho la factoría Disney) establece para esta entretenidísima película.
Mas es fácil darse cuenta que una historia puede contarse de diferentes maneras y sus variaciones dependerán precisamente del momento histórico en el que se realiza y a los sujetos a quienes va dirigida. No se busca crear una obra de arte con esta película (para bien y para mal), no es una película pretenciosa tampoco. Da lo que ofrece (de nuevo, para bien y para mal).
(Destriparé la película a partir de ahora).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Lo interesante de una fábula es vernos reflejados en los animales, nuestros defectos, virtudes, manías y aciertos. Consciente de que no he descubierto el hilo negro con lo escrito en el renglón anterior, es apreciable que las analogías sean claras y sencillas.
Los lobos, la familia; la pantera, la disciplina; el oso, la distensión; los monos, el deseo humano (interesante por el parentesco entre hombres y primates) de la ambición y el afán de controlarlo todo; el tigre, el odio y el rencor; la serpiente, la seducción; los elefantes, la sabiduría. Y en medio de todos ellos está el cachorro humano (qué adorable y carismático chavito se consiguieron) cuya historia -tal como todas las historias de jóvenes- consistirá en encontrar su lugar, en forjar su identidad, descubrirse a sí mismo, ocupar su sitio en el mundo.
Y así descrita está bien, no es extraordinaria, no es la mejor película en lo que va del año tampoco. Lo que sí es es una obra con un discurso ecologista (muy oportuno, en estos tiempos es tan importante enfatizarlo); condescendiente y, paradógicamente, atrevida con los más pequeños, no requiere de grandes esfuerzos intelectuales para seguirla y tal vez explica más de lo que debiera.
La confrontación final con el imponente tigre de bengala está bien ejecutada; pero torpemente entrelazada como clímax y principio del tercer acto final lo que hace evidente una de las más criticadas lacras del cine industrial de Estados Unidos: oficio impecable en la ejecución, pobreza en la construcción dramática.
Pero como un todo, el personaje del cachorro humano atraviesa un interesante arco, o al menos llega hasta la mitad. Su transformación en humano está incompleta; pero es consciente de que no es ni un lobo ni un oso: es un humano. Solamente sabiéndose humano puede ponerse al nivel de los demás.
En este sentido, el uso que le da al fuego en la batalla contra el tigre acentúa su condición humana. Me explico, controlar el fuego es algo puramente humano, para su beneficio y en detrimento para animales y vegetación a veces. Razón por la cual, conducido por la venganza y cegado por la rabia, el cachorro humano primero provoca un incendio, evidenciando su torpeza. Pero ese incendio le sirve también para deshacerse del tigre. Los elefantes entienden esto y como muestra de gratitud lo ayudan a apagar las flamas.
Su capacidad para crear diferentes herramientas para realizar tareas determinadas y utilizar la astucia para sortear los peligros que a veces el instinto no puede abarcar son dos aspectos que él aprende y debe usar si quiere sobrevivir en la selva, pero al mismo tiempo esto marca una gran diferencia con los animales con los que él se quiere mezclar.
Ya anunciaron su secuela, tal vez veamos al cachorro humano entrar a la adolescencia y ser testigos de un proceso de maduración muy interesante, tal vez atestigüemos su ingreso a la aldea de los humanos y sirva como un puente entre los hombres y la naturaleza, representante del equilibrio y la consciencia ecológica. Todo esto es pura especulación.
En fin, una película llena de vida, con ritmo y energía, comprometida con los problemas de nuestros tiempos. También es descaradamente comercial, gringa a más no poder y puede ser que innecesaria... pero qué demonios me importa, la gocé.
Los lobos, la familia; la pantera, la disciplina; el oso, la distensión; los monos, el deseo humano (interesante por el parentesco entre hombres y primates) de la ambición y el afán de controlarlo todo; el tigre, el odio y el rencor; la serpiente, la seducción; los elefantes, la sabiduría. Y en medio de todos ellos está el cachorro humano (qué adorable y carismático chavito se consiguieron) cuya historia -tal como todas las historias de jóvenes- consistirá en encontrar su lugar, en forjar su identidad, descubrirse a sí mismo, ocupar su sitio en el mundo.
Y así descrita está bien, no es extraordinaria, no es la mejor película en lo que va del año tampoco. Lo que sí es es una obra con un discurso ecologista (muy oportuno, en estos tiempos es tan importante enfatizarlo); condescendiente y, paradógicamente, atrevida con los más pequeños, no requiere de grandes esfuerzos intelectuales para seguirla y tal vez explica más de lo que debiera.
La confrontación final con el imponente tigre de bengala está bien ejecutada; pero torpemente entrelazada como clímax y principio del tercer acto final lo que hace evidente una de las más criticadas lacras del cine industrial de Estados Unidos: oficio impecable en la ejecución, pobreza en la construcción dramática.
Pero como un todo, el personaje del cachorro humano atraviesa un interesante arco, o al menos llega hasta la mitad. Su transformación en humano está incompleta; pero es consciente de que no es ni un lobo ni un oso: es un humano. Solamente sabiéndose humano puede ponerse al nivel de los demás.
En este sentido, el uso que le da al fuego en la batalla contra el tigre acentúa su condición humana. Me explico, controlar el fuego es algo puramente humano, para su beneficio y en detrimento para animales y vegetación a veces. Razón por la cual, conducido por la venganza y cegado por la rabia, el cachorro humano primero provoca un incendio, evidenciando su torpeza. Pero ese incendio le sirve también para deshacerse del tigre. Los elefantes entienden esto y como muestra de gratitud lo ayudan a apagar las flamas.
Su capacidad para crear diferentes herramientas para realizar tareas determinadas y utilizar la astucia para sortear los peligros que a veces el instinto no puede abarcar son dos aspectos que él aprende y debe usar si quiere sobrevivir en la selva, pero al mismo tiempo esto marca una gran diferencia con los animales con los que él se quiere mezclar.
Ya anunciaron su secuela, tal vez veamos al cachorro humano entrar a la adolescencia y ser testigos de un proceso de maduración muy interesante, tal vez atestigüemos su ingreso a la aldea de los humanos y sirva como un puente entre los hombres y la naturaleza, representante del equilibrio y la consciencia ecológica. Todo esto es pura especulación.
En fin, una película llena de vida, con ritmo y energía, comprometida con los problemas de nuestros tiempos. También es descaradamente comercial, gringa a más no poder y puede ser que innecesaria... pero qué demonios me importa, la gocé.