Después de seis temporadas tengo que decir que estamos ante una de las mejores series históricas de los últimos años y de Netflix nada menos, lo que tiene más mérito aún.

A lo largo de las seis temporadas se nos narra con gran maestría y sutileza la historia de la familia real británica siendo la principal protagonista, la Reina Isabel II de Inglaterra interpretada por tres actrices diferentes a lo largo de estas temporadas. La puesta en escena es magnífica, la parte política bien interpretada y ejecutada, las cuestiones internas de la familia real bien abordadas.

Peter Morgan ha sido capaz de hacer posible lo imposible, dar humanidad a la familia real, algo difícil para el creador, pues para quien no lo sepa es republicano en un pais muy monárquico (comparado con España). La cuestión de la monarquía es una cuestión difícil incluso para el Reino Unido que hace poco más de un año que ha cambiado de monarca, con un alargada sombra de 70 años de reinado. Donde se nos deja bien claro que la corona debe ganar siempre, si el sistema cae, todo cae. Estás palabras deben de ser de advertencia para el nuevo monarca, Carlos III y aquellos que le sucedan en el futuro.

Para Netflix ha sido un auténtico pelotazo y seguramente lo exploten con diferentes monarcas que ha tenido el Reino Unido a lo largo de su historia. Yo sería partidario de algo así pero en España si se me promete que será como en The Crown y no en algo chapucero o con una fuerte carga ideológica sea cual sea está.