Media votos
6,5
Votos
1.131
Críticas
29
Listas
21
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Gizzu21:
7
7,3
6.028
Drama
Los conventos de la Magdalena en Irlanda eran gestionados por las hermanas de la Misericordia en nombre de la Iglesia católica. Acogían a muchachas enviadas por sus familias o por los orfanatos, que allí quedaban encerradas y a las que se obligaba a trabajar en las lavanderías para expiar sus pecados. Dichos pecados eran de distinta naturaleza: desde ser madre soltera a ser demasiado bella o demasiado fea, o demasiado simple o demasiado ... [+]
25 de abril de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Durante muchos años y hasta hace relativamente poco, en Irlanda, las mujeres que cometían "pecados sexuales" eran enviadas a centros de penitencia, donde eran esclavizadas y recibían todo tipo de humillaciones, vejaciones, torturas y hasta abusos sexuales por parte de curas. Muchas de ellas se pasaban la vida encerradas en estos centros, pues solo podían abandonarlo si algún familiar decidía sacarlas de allí o si las monjas que estaban al mando lo consideraban oportuno.
La intencionalidad de la película es clara: exponer de manera realista lo que pasaba en esos centros, sin caer en sentimentalismos. Pues aunque cuenta la historia de tres chicas, estas son tan solo la excusa para poder adentrarnos en el convento donde se desarrolla la acción, para así hacer la labor de documentación y, sobretodo, de denuncia de esos terroríficos centros.
Todas las actrices realizan un trabajo impresionante, algunas en papeles más contenidos, mientras que otras en roles totalmente estremecedores. Dotan de una gran credibilidad a todos los personajes, a pesar del escaso desarrollo de estos.
La dirección de Peter Mullan es notable, y en algunas escenas se acerca a la brillantez. Una de ellas es, de hecho, una de las primeras; tras la violación, ese juego de susurros y miradas, que nos adentra de golpe en la realidad de un país profundamente conservador y gobernado por la moral religiosa.
Hay algunas escenas muy duras. Pero todas ellas necesarias para exponer los abusos de la iglesia católica, el machismo institucional y la escasa moral de las monjas –y los curas– que trabajaban en aquellos conventos. De hecho, solo con la distribución del comedor y las diferencias entre la comida de las internas y la de las monjas, ya se está poniendo de manifiesto la doble moral de estas.
El ritmo no decae en ningún momento, y sin ser ni lenta ni rápida, sí que es entretenida y mantiene el grado de interés elevado durante todo el metraje.
Viendo esta película he sentido una gran impotencia, rabia y una profunda pena. Es sin duda una película necesaria y una historia que merece ser contada.
La intencionalidad de la película es clara: exponer de manera realista lo que pasaba en esos centros, sin caer en sentimentalismos. Pues aunque cuenta la historia de tres chicas, estas son tan solo la excusa para poder adentrarnos en el convento donde se desarrolla la acción, para así hacer la labor de documentación y, sobretodo, de denuncia de esos terroríficos centros.
Todas las actrices realizan un trabajo impresionante, algunas en papeles más contenidos, mientras que otras en roles totalmente estremecedores. Dotan de una gran credibilidad a todos los personajes, a pesar del escaso desarrollo de estos.
La dirección de Peter Mullan es notable, y en algunas escenas se acerca a la brillantez. Una de ellas es, de hecho, una de las primeras; tras la violación, ese juego de susurros y miradas, que nos adentra de golpe en la realidad de un país profundamente conservador y gobernado por la moral religiosa.
Hay algunas escenas muy duras. Pero todas ellas necesarias para exponer los abusos de la iglesia católica, el machismo institucional y la escasa moral de las monjas –y los curas– que trabajaban en aquellos conventos. De hecho, solo con la distribución del comedor y las diferencias entre la comida de las internas y la de las monjas, ya se está poniendo de manifiesto la doble moral de estas.
El ritmo no decae en ningún momento, y sin ser ni lenta ni rápida, sí que es entretenida y mantiene el grado de interés elevado durante todo el metraje.
Viendo esta película he sentido una gran impotencia, rabia y una profunda pena. Es sin duda una película necesaria y una historia que merece ser contada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
De entre todas las chicas, quizás la que más podemos comprender es a Bernadette (la que es enviada al centro por considerarse una provocación para los chicos), porque en ningún momento llega a creer que merece estar allí ni deja que las humillaciones y maltratos de las monjas cambien su perspectiva. Hasta dice que cometería cualquier pecado mortal con tal de salir de allí, porque es consciente, seguramente a diferencia de muchas de sus compañeras, de que ese convento es un infierno terrenal.
Pero la realidad es que hay un gran número de chicas que piensan que merecen estar allí, ya sea a causa de sus profundas creencias religiosas o del efecto de las humillaciones y vejaciones de las monjas, que han acabado haciendo mella en su interior.
El caso más claro es el de Crispina, la joven sensible e inestable, que toma al pie de la letra cada palabra negativa de las monjas, que sucumbe a sus crueles torturas psicológicas, hasta quedar completamente anulada. Y el hecho de descubrir que su historia fue real y que acabó de una manera tan trágica, es todavía más desolador.
También es particularmente triste ver algunas mujeres que se pasaron toda la vida encerradas allí, hasta el día de su muerte, y que acabaron por adoptar la ideología de las monjas.
Quizás la diferencia entre estos centros y las cárceles es que estas chicas llegaban a creer que merecían estar allí, y que si no lo hacían serían penalizadas con el infierno. Y que aunque escaparan, ya nadie las querría, porque al fin y al cabo si estaban allí era porque sus propios "seres queridos" así lo habían decidido.
Pero la realidad es que hay un gran número de chicas que piensan que merecen estar allí, ya sea a causa de sus profundas creencias religiosas o del efecto de las humillaciones y vejaciones de las monjas, que han acabado haciendo mella en su interior.
El caso más claro es el de Crispina, la joven sensible e inestable, que toma al pie de la letra cada palabra negativa de las monjas, que sucumbe a sus crueles torturas psicológicas, hasta quedar completamente anulada. Y el hecho de descubrir que su historia fue real y que acabó de una manera tan trágica, es todavía más desolador.
También es particularmente triste ver algunas mujeres que se pasaron toda la vida encerradas allí, hasta el día de su muerte, y que acabaron por adoptar la ideología de las monjas.
Quizás la diferencia entre estos centros y las cárceles es que estas chicas llegaban a creer que merecían estar allí, y que si no lo hacían serían penalizadas con el infierno. Y que aunque escaparan, ya nadie las querría, porque al fin y al cabo si estaban allí era porque sus propios "seres queridos" así lo habían decidido.