Todavía no logro comprender como se consiguen semejantes interpretaciones en actores y actrices casi sin experiencia. El manejo del humor, su capacidad de exposición emocional, el tempo y el ritmo que manejan en los diálogos.
Es decir, todo eso que se adquiere con estudio y largos años de trabajo.
Entiendo que mucho tiene que ver la mano del director y el equipo de producción, cuando logran funcionar a la perfección y dentro de los objetivos previstos. Pero igual me quedo con la boca abierta.
He disfrutado en todo momento con esta película y entiendo que quien esté dispuesto a pasar por alto la falta de calidad técnica de las superproducciones de la industria, también disfrutará.
Y por último, apostaría a que dentro de algunos años, su director Lucas Moodysson, explotará internacionalmente con un peliculón de esos que quedan en la historia del cine. Al tiempo.