Tras librar la última gran batalla de la I Guerra Mundial, en Bulgaria, y firmado el armisticio, la unidad del Capitan Conan que espera ser repatriada a Francia, es enviada, tras un problemático acuartelamiento en Bucarest, a combatir en el Delta del Danubio contra las fuerzas bolcheviques rusas.

Capitan Conan es un filme magistral en todos los sentidos. Preciosista en su recreación, con una memorable escena de acción rodada en único plano, cámara en mano (la toma del monte Sokol) que no tiene nada que envidiar al desembarco de Spielberg de Salvar al soldado Ryan.

Pero ante todo este filme es un excelente ejercicio de psicología en el que el espectador se enfrenta a dos modos de ver las cosas, válidos los dos, con su moral y su ética respectivas: la del ecuánime teniente Norbert y la del canalla, pero entrañable en cierto punto, capitán Conan.

Recomendable en todos los sentidos.