Se come la pantalla ella sola. Se come al gran Montgomery Clift. Es una película hecha para ella. ¡Qué portentosa actriz! ¡Que despliegue de gestos!.

Este film está realizado con extremada delicadeza. De Sica hace gala de maestría en la dirección. Los claro-oscuros, los primeros planos, la descripción impresionista, naturalista, del ajetreo en la estación italiana, plagada de escenas anecdóticas de la vida y el discurrir de la gente.

Algo deslucido el papel de Clift, siempre en segundo plano, excesívamente sujeto por su personaje, desequilibrado. No me resulta convincente. La bofetada, en mi opinión está fuera de lugar, no encaja, y es un gran error de la producción. Demasiado abuso de la violencia contra la mujer en la moda de esa época: Contra Rita Hayworth por Glenn Ford en Gilda, contra Gloria Grahame por Lee Marvin en Los Sobornados,...Escenas infumables hoy.

Pero ella, Jones, majestuosa y convincente. Una película histórica con escenas históricas, film infravalorado el de esta madre-ama de casa-americana, con semblante inseguro en el anden, junto al tren; cuadro, que por cierto, recreó el Diccionario Enciclopédico Espasa.