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Voto de Piano y yo:
10
Comedia Adaptación de una obra de Broadway. Johnny Case (Cary Grant), un hombre poco convencional, se enamora de Julia Seton (Doris Nolan), una chica de buena familia; así que debe adaptarse a la alta sociedad neoyorquina. Además, su novia quiere que trabaje en el banco de su padre, actividad incompatible con su carácter. Sólo Linda (Katharine Hepburn), la vivaz hermana de Julia, es capaz de comprender que Case desee vivir una vida diferente. (FILMAFFINITY) [+]
17 de abril de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una de las mejores películas de la historia, porque siendo una comedia avanza hacia una auténtica lucha típica del ajedrez, en la que el equipo de las blancas, esto es, de los buenos, los adinerados, los previsibles, los rígidos encabezados por su rey, un padre viudo Edward Seton (Henry Kolker) que sólo vive para los negocios, y que, creyendo conocer el verdadero amor, espera que sus dos hijas se casen con cualquier príncipe azul, también banquero para nadar juntos en ríos de dinero-, lucha contra el equipo de las negras, en el que se encuentran la hija díscola, divertida Linda Seton (Katharine Hayworth), la oveja negra de la familia, y el hijo bebedor Ned Seton (Lew Ayres) pero con las ideas muy claras sobre quién es quien en su propia familia; estos dos hermanos representan el deseo de vivir no esclavizados por el dinero, sueñan con un viaje que les saque de ambiente claustrofóbico del palacio y la vez cárcel donde viven, en el que la habitación de los juegos es su único refugio, pues les recuerda a su infancia, cuando vivía su madre y único momento en que fueron felices.
En medio de tal confrontación, está la hija obediente, Julia Seton (Doris Nolan), que tras un brevísimo noviazgo se piensa casar con el ingenuo, soñador, bondadoso y divertido Johnny Case (Cary Grant), que duda entre proseguir sus verdaderos sueños, vender cacahuetes y después que pasen unos 20 años más, ponerse ya a trabajar en algo más serio, o dejarse embaucar por el plan de vida que le ofrece el equipo de las blancas, pues su futuro suegro ya le ha puesto en bandeja un puesto de banquero.
La película se desarrolla en tiempo real, con la inminente llegada de la fiesta de Nochevieja, en la que anunciará el enlace matrimonial, por lo que a éste se le acaba el tiempo para decidirse y acaba teniendo un gran parecido con el dilema también de Cary Grant en la genial Encadenados (Notorious) de Hitchcock.
Haciendo bulto en el equipo de las blancas, hay un primo repelente y clasista, que no paran de decir a Doris Nolan como se va a casar con tan mal partido, y a su hermana, de modo cínico, que a ver si algún día ella da la “sorpresa” y se casa; y apoyando a las negras, el divertidísimo matrimonio formado por los amigos de Cary Grant, Nick Potter (Edward Everett Horton) y Susan Potter (Jean Dixon).
¿Quién de nosotros no ha estado alguna vez en alguna fiesta más o menos oficial y aburrida, en la que lo más divertido y atractivo se encuentra en algún lugar apartado, -normalmente la cocina-.
Contiene la mejor definición de para que sirve emborracharse, dicho por el personaje del hermano de la novia (Ley Ayres), a petición de su alma gemela Katharine Hepburn.
Las cabriolas y volteretas de Cary y Katharine son tan divertidas como en La fiera de mi niña.
Nota: 10 sobre 10.
El final en el spoiler –no lo lean si no quieren saberlo-.
Así que, música maestro, apaguen esta crítica y enciendan el televisor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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