Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Benjamín Reyes:
7
Drama Adonis Johnson no llegó a conocer a su padre, el campeón del mundo de los pesos pesados Apollo Creed, que falleció antes de que él naciera. Sin embargo, nadie puede negar que lleva el boxeo en la sangre, por lo que pone rumbo a Philadelphia, el lugar en el que se celebró el legendario combate entre su padre y Rocky Balboa. Una vez allí, Adonis busca a Rocky y le pide que sea su entrenador. A pesar de que este insiste en que ya ha dejado ... [+]
25 de enero de 2016
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hijo más famoso de Filadelfia vuelve a la gran pantalla por séptima vez. En 1976 a Silvester Stallone se le iluminó la bombilla y escribió el guion de la primera entrega de “Rocky”, poco podía imaginar que ganaría el Oscar a la mejor película (en detrimento de la imprescindible “Taxi Driver”, que se alzaría ese año con la Palma de Oro en Cannes) y mucho menos que el personaje de Rocky Balboa se convertiría en un icono de la cultura popular, que incluso, ha llevado a que se erija una escultura en su honor en la antigua capital de Estados Unidos.
Toda la saga goza de un gran predicamento entre una gran parte del público, pero su calidad cinematográfica deja bastante que desear, sin embargo esta nueva entrega es la mejor de todas porque rompe con el esquema de las anteriores, que desprendían un tufillo a telefilmes, en las que se contaba el ascenso meteórico de un boxeador procedente de un estrato social bajo hasta ser campeón de los pesos pesados, secundada por la pegadiza banda sonora de Bill Conti y un montaje para amnésicos. El éxito de la saga de Rocky reside en su simplicidad y en que muchos espectadores se hayan identificado con su protagonista.
“Creed: la leyenda de Rocky” es en puridad un “spin off”, en que Rocky Balboa no se sube al ring sino que ahora entrena al vástago secreto de uno de sus grandes rivales: Apollo Creed (encarnando por Carl Weathers en cuatro entregas). Es por eso que el prólogo nos muestra la vida de Adonis Creed en un correccional en que ya hacía sus pinitos como púgil marrullero y luego, ya adulto, su intención de dedicarse al boxeo renunciando al apellido paterno. Stallone se mete en la piel de un Rocky achacoso, que ya está retirado y ve la cercanía de la muerte (elocuente es su visita al cementerio). Su interpretación la ha valido un Globo de Oro y una nominación al Oscar al mejor actor secundario, un premio que todavía no tiene, y en que tiene serias opciones de ganar por el que, probablemente, sea el mejor papel de su carrera.
Ryan Coogler revisita el personaje de Rocky Balboa de forma muy inteligente, apoyado en un guion coescrito con Aaron Covington. La presencia de Rocky aparece de forma gradual, a los ocho minutos vemos un vídeo de Youtube de una de sus míticas peleas y a los 16 minutos contemplamos unos turistas sacándose instantáneas en la escultura ubicada en las escaleras en la que alzaba los brazos tras un intenso entrenamiento en la película seminal. Asimismo, el entrenamiento y los dos combates que veremos se muestran de forma diferente, incluyendo fichas visuales de los contendientes a través de una imagen congelada y datos técnicos. Y no emplea el recurso fácil de emplear una fanfarria conocida por todo quisque como son los archiconocidos sones de la música de Bill Conti, que solo suenan en el combate final en un momento puntual.
El boxeo es el deporte cinematográfico por antonomasia y ha legado grandes títulos a la historia del cine como son “Marcado por el odio” (1956), “Toro salvaje” (1980) o “Million Dollar Baby” (2004), pero ninguna de las siete entregas de la saga de Rocky entra en este selecto grupo. Segundos fuera.
Benjamín Reyes
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow