La acción gira en torno a la figura del gitano barcelonés Petitet, músico percusionista rumbero, hijo de un acompañante del carismático Peret, inventor de la rumba catalana que dio la vuelta al mundo, llegando incluso a Eurovisión. La mejora del nivel musical ha propiciado que ahora se añadan arreglos cultos con instrumentos de cuerda y fusión con ritmos cubanos. Es interesante la implicación social alrededor del protagonista y sus familiares, orgullosos de su etnia, no hablando en caló sino en perfecto catalán. La pega es que se cuentan muchas anécdotas que interesan más bien poco, alargando en exceso el film y haciendo pesado su visionado. De este modo, su público queda limitado a los estudiosos de los estilos musicales y de las biografías. Para los entusiastas del jazz - rock es impagable poder disfrutar de la breve intervención de veteranos músicos como el pianista Kitflus, el bajista Carles Benavent y el gran compositor arreglista Joan Albert Amargos, aparte de la cantante cubana Lucrecia. La rumba catalana se convierte en rumba sinfónica.