Nada que ver con las comedias pijas. Los Cohen son el paradigma del cine independiente americano de calidad y no decepcionan. La acción, encuadrada en el Nueva York de los 60 de la gente de a pie, sirve de punto de partida para retratar, en tonos de grises, la américa profunda, donde es difícil salir de la mediocridad. El músico protagonista es un personaje desordenado, ingenuo, de ideas fijas, víctima de las manipulaciones de los demás y de su propia cabezonería. amante de la música tradicional culta y que escucha lieds de Mahler por la radio del coche (casi desconocido en la época). Tanto él como su entorno, son personas derrotadas, sin horizontes y con escasas posibilidades de superación. Una visión realista y descorazonadora del mundo real. Sólo los números musicales de folk, country y rock acústico ya merecen por sí mismos el visionado del film, que posee, además, muchas de las cualidades de las obras maestras.