Evidentemente, no hace falta decir qué es lo que se satiriza por las circunstancias del evento. Sólo que en lugar de referirse a Eurovisión, se le da el nombre de "Festival Mundocanal" para que la ridiculización no sea tan descarada. El argumento es absurdo e infantil. Sólo sirve para dar soporte a toda una sucesión de videoclips de algunos de los mejores grupos del momento. La película ha cobrado especial valor con los años, no sólo por la música. Resulta muy curioso ver a José Luis Borau como actor o a Patty Shepard, parodiándose a sí misma como la chica de los anuncios, al igual que José María Iñigo, en sus años de presentador y periodista musical. Lo mejor de todo es la banda sonora compuesta por famosos temas de pop rock de los conjuntos que aparecen. La calidad de los arreglos y las voces solistas o en coro harían palidecer de envidia a muchos grupos desde los noventa hasta la actualidad. Solo por este motivo el film merece estar en las filmotecas particulares de los aficionados a este estilo musical.