Una vez más el cine o el teatro dentro del cine es objeto de una interesante historia, no exenta de cierta filosofía y repleta de elucubraciones sobre la tenue frontera entre lo real y lo que se representa. Las vidas de las protagonistas se entremezclan con las de los personajes que representan. Hay un precedente con un argumento casi calcado que es la celebrada "La mujer del teniente francés" (Karel Reisz,1981), protagonizada por Meryl Streep y Jeremy Irons). Ahora, el factor diferencial es la presión mediática, la facilidad de la comunicación, la falta de privacidad y la esclavitud del teléfono móvil. El guion es de los que requieren intensa atención para no perderse ni una sílaba. Juliette Binoche hace creíble cualquier personaje que interpreta, esta vez acompañada de su contrapeso actoral Kristen Steward, premiada por su papel. El film se puede considerar un clásico del siglo veintiuno, al nivel de otros clásicos que abordan la misma temática, como "Damas del teatro" (Katharine Hepburn, Ginger Rogers,1937) o "La noche americana" (Truffaut,1973). Aquí, además, hay que destacar la excelente fotografía de los escenarios naturales suizos y los espectaculares eventos climatológicos.