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Voto de John Giraldo:
9
Intriga. Thriller Después de ser secuestrado, Paul Conroy (Ryan Reynolds), contratista civil en Irak, se despierta enterrado vivo en un viejo ataúd de madera, sin más recursos que un teléfono móvil y un mechero. El teléfono podría ser el único medio que lo salvara de esa mortal pesadilla, pero la precariedad de la cobertura y la escasa batería parecen obstáculos insuperables en su lucha contra el tiempo: sólo dispone de 90 minutos para ser rescatado ... [+]
28 de julio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por: John Harold Giraldo Herrera
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Si ir al cine es estar prestos para ser manipulados por un filme y esperar que esa manipulación desemboque en risa, misterio, tragedia, sensibilización, llanto, euforia, un poco de racionalidad, aventuras, dramas, en fin, toda esa gama de posibilidades motivadas al ver una película, resulta un ejercicio de suspenso en extremo y casi un agobio al punto de la asfixia ver Enterrado. Pocas películas logran con tan mínimos recursos atar al espectador a la butaca. Se trata de una película española, la cual recrea el drama de un contratista estadounidense en Irak, quien es secuestrado y enterrado en un ataúd por sus captores. Hay poca luz, y cuando el espacio luminoso aparece es para mostrar con unos ángulos bien manejados las agonías del que ha sido enterrado vivo.

Toda la película es un encierro para el espectador. Con efectos de iluminación deslumbrantes, con un guión excepcional y con una historia para poner los pelos de punta, este largometraje bien puede inscribirse en una categoría: el claustrophobic movie, o el cine de claustrofobia. ¿Cuántas palpitaciones vive-sufre un espectador cuando se encuentra encerrado en una sala y más aún cuando lo observado es otro encierro? Las tensiones desatadas son múltiples, el terror se instala, el deseo por saber cómo va a terminar es una obligación. Una película con un solo personaje en escena Paul Conroy, un espacio único, sin flash backs, es plana, lineal pero imposible de dejar verla cuando se empieza, no apta para quien sus pulsaciones puedan exacerbarse.

La claustrofobia es el miedo a estar encerrados pero más que ello a saber que las consecuencias pueden ser nefastas. Ser libres es un premio innegable. Ahora, cuando uno se expone a películas tan dramáticas lo principal desde lo técnico y lo visual es que sean creíbles, y pocas situaciones en la película nos alejan de esa idea. Son 90 minutos todos para tener tensiones, asirse de cualquier lado y experimentar el alborote de las sensaciones de claustrofobia así no se padezca de ese síndrome. La salida es esperar a que se acabe y volver a respirar de modo tranquilo si no es que la película se sigue rodando en el espectador luego de haber salido de la sala.

Sigo en spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
John Giraldo
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