Por supuesto que la película es Pro-Vida. Pero en ningún caso es maniquea. Muestra el aborto como lo que es:
1º Un drama en la mayoría de los casos. Un engaño a las mujeres. En otros como una decisión (muy) egoísta.
2º Un negocio multimillonario con la vida de jóvenes madres y sus bebés que son asesinados.
3º Una atrocidad (el asesinato industrial de bebés) de la que muchas veces pienso que generaciones futuras dirán que cómo pudimos ser tan salvajes.
Presenta también a algunos antiabortistas como brutos sin corazón. Y presente la cara amable del movimiento pro-vida que ofrece soluciones menos salvajes que despedazar a un bebé en el vientre de su madre.
La película es entretenida, maneja bien los personajes. De hecho las alucinantes contradicciones de la protagonista a mi me encantaron: la tía regentaba una clínica de abortos, y en paralelo iba a la iglesia (protestante) como si nada. Alguna enfermera católica diciendo que están haciendo la obra de Dios y cosas así.
Entretiene, y hace reflexionar, y mucho. Al menos a mi.