Esta es la serie que hará mojar su ropa interior a todos los conspiranoicos por su temática, que encandilará a los no conspiranoicos por su ritmo trepidante y que embelesará a los frikis en los primeros 5 minutos por todo su envoltorio.

No voy a desvelar la trama porque gran parte de su magia está en darle al play sabiendo muy poco o nada sobre su temática y desarrollo. Para mí fue toda una sorpresa encontrar una serie que pudiera aunar tantos puntos positivos y atrayentes, y esa sensación se incrementa con el transcurrir de los capítulos, asistiendo a algo único en el mundo de la ficción televisiva que clama por derecho propio atención por parte del público (aunque la primera media hora del primer capítulo pueda espantar, precisamente, al gran público).

Por otra parte, el guión es magnífico, todo se desarrolla con lógica y los giros son sensatos. En el apartado de las interpretaciones encontramos a uno de los mejores niños que jamás he visto interpretar y a uno de los mejores malos que hayan aparecido en televisión, Neil Maskett.

Sigo en spoiler.