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España España · El Escorial
Voto de jfreyba:
8
Drama Lee Chandler (Casey Affleck) es un solitario encargado de mantenimiento de edificios de Boston que se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo natal tras enterarse de que su hermano Joe ha fallecido. Allí se encuentra con su sobrino de 16 años, del que tendrá que hacerse cargo. De pronto, Lee se verá obligado a enfrentarse a un pasado trágico que le llevó a separarse de su esposa Randi (Michelle Williams) y de la comunidad en la que nació y creció. (FILMAFFINITY) [+]
26 de febrero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de un hombre atormentado por un recuerdo, y su conflictiva relación con la comunidad que fue testigo del hecho, la hemos visto ya. Por ejemplo, en «El árbol del ahorcado», de Delmer Daves (1959), que guarda alguna similitud curiosa con esta película (no la desvelaré). Claro que ni Casey Affleck es Gary Cooper, ni el Manchester de Lonergan es el pueblo minero de Daves, ni la forma en que ambos protagonistas reaccionan ante su sentimiento de culpa es la misma.

En «Manchester frente al mar», el sufrimiento no es un mal del que uno debe reponerse, ni la vida hecha añicos es un desafío del que uno deba resurgir. El dolor, en esta película, no se afronta; el protagonista se deja aplastar por él y se resigna a quedar fuera de juego, como si hubiera muerto en vida. No es casual que decida vivir en un sótano que parece una tumba. Affleck no levanta la cabeza ni una vez en los ciento cuarenta minutos que dura la cinta. Cuando tiene la oportunidad de mirar de frente a su pasado con la persona con quien lo compartió, huye. Y el propio Lonergan, llegado el momento de mostrar al espectador el hecho causante del trauma, lo envuelve algodones musicales que lo amortiguan hasta casi volverlo indoloro.

Es el segundo dato que quisiera resaltar: la historia se nos narra en frío, sin la menor cesión al sentimentalismo, como un golpe seco. Es el sufrimiento sin lágrimas. Incluso el sexo está desprovisto de romanticismo, de modo que apenas se lo distingue de cualquier función fisiológica. El joven se acuesta con las amigas como quien va al cuarto de baño…

Si la película me parece magistral es porque Lonergan nos ha mostrado, exactamente, lo que quería mostrarnos: unas vidas segadas por la desgracia, carentes de luz y de ilusión. Y lo ha hecho con una finura y un arte exquisitos, apoyado, desde luego, por la magnífica interpretación de Affleck y por una espléndida fotografía llena de claridades y fríos que son como ese congelador en el que los muertos esperan a ser enterrados.
jfreyba
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