Lo mejor de este film es que navega acertadamente entre la guasa y la seriedad. Hauer da a su personaje más decencia de la esperada. La fotografía es comparable a la segunda del castigador, con unos colores agresivos y comiqueros. La música del principio es genial.
Lo mejor: la aparición de La Plaga, y un par de momentazos en el spoiler
spoiler:
Cuando el macarra de tercio y botellín muere, aparece el autobús quemado, su mayor pecado, para llevarlo al infierno. Esto está muy por encima de la película. Joder, parece el final de un relato de R. Howard.
Al morir el Hobo, podemos escuchar al tren que recoge su alma para transportarla por el eterno río que fluye hasta el desconocido mar del olvido.