Pocas veces un episodio piloto resumen tan bien lo que pasara en todos los siguientes, si no te gusta el piloto no veas Banshee.
Banshee puede tener todos los errores de una serie de acción, puede ser un desastre donde pasan los años y nadie envejece, donde el actor principal le pueden dar todo tipo de palizas y disparos que sobrevivirá, todo lo inverosímil puede suceder, podemos pasar de un agradable polvo a un cóctel de intestinos o de un super ladrón ex presidiario a un sheriff honrado, puede pasar cualquier gilipollez que nadie pondría en un guión serio y no pasar absolutamente nada, porqué, porque Banshee es divertida, porque nunca te aburres y te lo pasas en grande ver pasar todas las vicisitudes de ese miserable pueblo donde nadie parece tener buena suerte, donde no hay día que no pase una desgracia, donde parece que no vive nadie pero allí va a parar toda la ira de Dios.
Sabéis de esas películas donde aparece John Statham dando hostias y pegando tiros a diestro y siniestro, que os gusto pero no lo reconocéis ante vuestros cinéfilos amigos, pues esa es la sensación que deja Banshee pero mejor.
En Banshee conviven todos los ingredientes para disfrutar de usa serie de acción, por eso gusta y se puntúa bien, porque no deja indiferente, tiene fuertes dosis de adrenalina, sexo, drogas y rock'roll.
Solo a alguien con talento e imaginación se le ocurre meter en el mismo pueblo: una reserva india que controla el juego, un empresario-narco local, la mafia Ucraniana, amish, ladrones de élite, el hacker más buscado del mundo, bandas nazis, un entrañable barman exboxeador y un singular e insólito sheriff junto con unos ayudantes no menos peculiares, todo regado con buenas escenas de sexo, disparos y alcohol.
Se necesitan series que nos dejen pensando un mes, pero también se necesitan series como ésta, que nos divierta y nos haga olvidar la rutina.