Como siempre lo he dicho son pocas las series de televisión que me mantienen pegado al sillón, y sobretodo son muy pocas las que en solo una temporada consigan establecer un ritmo y climax de suspenso, intriga, curiosidad, pues siempre sabemos que hay un episodio que no es tan bueno como el anterior, o hay uno que siempre es muy débil y termina por arruinar lo que podría ser una temporada perfecta. En Homeland no pasa eso pues cada episodio hace que queramos más, como los buenos vinos, con cada copa que tomamos, nos volvemos mas adictos al sabor de boca que nos deja, y tomamos más, hasta que llega un punto en que nos hemos dado de cuenta de que estamos embriagados por la serie. Y no es para menos pues es una serie perfecta, desde la edición al puro estilo cinematográfico, los actuaciones impecables de cada persona, la dirección, el manejo de el ritmo, la banda sonora, el guión de los episodios, he tratado de encontrarle un defecto a esta serie, pero me es imposible, porque cada detalle esta perfectamente cuidado. ¿Ya podemos ponerla en un pedestal por eso? Habrá que darle seguimiento aunque ha conseguido lo que las mejores series en la historia de la televisión; que es despegar como cohete en su inicio, veremos el próximo año si la serie conseguí mantener ese ritmo, por lo mientras le doy el 9 de calificación, depositando todas mis esperanzas en sus creadores de que la segunda temporada se era igual de magnifica o mucho mejor que la primera, de por si el cierre me ha dejado tan clavado que las ansias de que llegue el 2013 son aun más grandes.