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Voto de pakmen:
10
8,2
54.944
Drama. Fantástico
George Bailey (James Stewart) es un honrado y modesto ciudadano que dirige y mantiene a flote un pequeño banco familiar, a pesar de los intentos de un poderoso banquero por arruinarlo. El día de Nochebuena de 1945, abrumado por la repentina desaparición de una importante suma de dinero, que supondría no solo la quiebra de su banco, sino también un gran escándalo, decide suicidarse, pero cuando está a punto de hacerlo ocurre algo extraordinario. (FILMAFFINITY) [+]
17 de marzo de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está inspirada en el cuento “Canción de Navidad”, de Charles Dickens.
Rodada tras la gran depresión y la segunda guerra mundial, en clave de comedia y drama, se esfuerza por mostrarnos un punto de vista optimista y esperanzador ante los problemas que atenazaron a Europa y Estados Unidos durante esta época. Capra, quien también produce la cinta, enfrenta el ideal del ciudadano medio que se esfuerza por sobrevivir, de la mejor manera posible, al del tirano especulador que se enriquece a costa de aquellos que le rodean.
A destacar especialmente su fotografía en blanco y negro, una canción popular americana convertida en banda sonora y las interpretaciones de sus protagonistas, sobre todo la de un James Stewart magistral.
Cierto que fuera de las pantallas de cine, cuando los caminos se tuercen, nunca aparece un ángel para recordarnos que somos mucho más importantes de lo que nosotros mismos creemos, es un ejercicio que todos deberíamos hacer de vez en cuando, sin recrearnos en él, pero siendo conscientes de nuestro propio valor aceptando la vida tal y como es y no como nos gustaría que fuese, haciendo bueno el proverbio de Epicteto: “No pretendas que las cosas sean como las deseas; deséalas como son”.
Rodada tras la gran depresión y la segunda guerra mundial, en clave de comedia y drama, se esfuerza por mostrarnos un punto de vista optimista y esperanzador ante los problemas que atenazaron a Europa y Estados Unidos durante esta época. Capra, quien también produce la cinta, enfrenta el ideal del ciudadano medio que se esfuerza por sobrevivir, de la mejor manera posible, al del tirano especulador que se enriquece a costa de aquellos que le rodean.
A destacar especialmente su fotografía en blanco y negro, una canción popular americana convertida en banda sonora y las interpretaciones de sus protagonistas, sobre todo la de un James Stewart magistral.
Cierto que fuera de las pantallas de cine, cuando los caminos se tuercen, nunca aparece un ángel para recordarnos que somos mucho más importantes de lo que nosotros mismos creemos, es un ejercicio que todos deberíamos hacer de vez en cuando, sin recrearnos en él, pero siendo conscientes de nuestro propio valor aceptando la vida tal y como es y no como nos gustaría que fuese, haciendo bueno el proverbio de Epicteto: “No pretendas que las cosas sean como las deseas; deséalas como son”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Mediante flashbacks se nos muestra la vida de George Bailey (Stewart), desde su infancia, en la que por salvar a su hermano pequeño, Harry, de morir ahogado, pierde la audición en el oído izquierdo (hecho que le impedirá ir a la guerra en la que su hermano se convertirá en un héroe), pasando por una juventud llena de sueños y aspiraciones que le lleven más allá de su pueblo. Pero las circunstancias mandan, y George, ha de aparcar sus aspiraciones para hacerse cargo del negocio familiar, una pequeña sociedad prestamista, cuyo fin último no es el de enriquecerse, sino el de prestar un servicio de ayuda a sus convecinos para que éstos puedan sacar a sus familias adelante.
Cuando George se ve arruinado y sin salida, decide poner fin a su vida, momento en el que su entrañable ángel de la guarda (Henry Travers) hace aparición para salvarle la vida, y de este modo ganarse sus alas, y mostrarle qué habría pasado en el pueblo si no hubiese nacido, punto vista repetido posteriormente hasta la saciedad en cientos de películas.
Cuando George se ve arruinado y sin salida, decide poner fin a su vida, momento en el que su entrañable ángel de la guarda (Henry Travers) hace aparición para salvarle la vida, y de este modo ganarse sus alas, y mostrarle qué habría pasado en el pueblo si no hubiese nacido, punto vista repetido posteriormente hasta la saciedad en cientos de películas.