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España España · MADRID
Voto de ALVARO:
8
Drama. Intriga. Thriller Tom Ripley (Matt Damon), un joven empleado de una empresa de servicios de Manhattan, pide prestada una chaqueta de Princeton para tocar el piano en una fiesta. Cuando el rico propietario de la casa charla con él, Ripley le hace creer que es amigo y compañero de universidad de su hijo Dickie (Jude Law); entonces, el padre ofrece a Tom mil dólares si va a Italia y convence a Dickie para que regrese a casa. Cuando conoce a Dickie, que es ... [+]
14 de mayo de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La inolvidable novela de Pàtricia Higshmith conoció una primera versión, no especialmente convincente, por parte de René Clement en 1960. Casi a las puertas del siglo XXI el prematuramente fallecido Anthony Minguella realizó una segunda, aprovechando, sin duda, su reciente éxito de crítica y público en "El Paciente Inglés" (nada menos que 9 Oscars de la Academia en 1997)
Lo cierto esque un convincente Matt Damon nos sumerge desde el inicio en la compleja psicología del dudoso héroe del filme. La cámara nos retrata su itinerario en búsqueda de la suplantación del despreocupado y magnético Dickie, cómo busca adherirse a su mundo de juergas interminables, gente guapa, despreocupación por el futuro, entorno lujoso y jazz a todas horas. Porque si Damon resulta convincente, el que se come la pantalla es el jóven y ya excelente actor Jude Law, cuya composición está dotada de una fuerza arrolladora que nos hace empatizar con su personaje de forma inmediata.
Esto provoca que los mejores momentos del filme vengan asociados a la relación entre los dos protagonistas, su sincera fascinación mutua inicial, la progresiva ambiguedad de la misma, los aspectos oscuros de ambos que se empiezan a apoderar de ellos.... y que hace que el resto de la película esté marcada por ese atractivo "tour de force" que el resto de tramas no logran suplir completamente. La consecuencia más evidente esque algunos personajes como el de Cate Blanchett parecen puestos de relleno e incluso parecen estorbar al desarrollo de la historia. Existe, eso sí, la notoria excepción del siempre destacado Phillip Seymour Hoffman cuya presencia es un lujo para cualquier película que cuente con su participación.
Una muestra de cine comercial sólido, con gran amplitud de medios y lujoso reparto que pasa con buena nota el dificil examen de adaptar una de las cumbres de la literatura policiaca de todos los tiempos y nos queda como legado de un cineasta mucho más interesante que lo que se le quiso reconocer en su corta pero intensa filmografia.
ALVARO
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